Pablo Iglesias e Iñigo Errejón celebran los resultados electorales
Pablo Iglesias e Iñigo Errejón celebran los resultados electorales - Isabel Permuy

Podemos teme que bases y votantes le penalicen por priorizar el referéndum

Iglesias da impulso a una ley de emergencia social para recuperar la agenda social frente a la nacionalista

Madrid Actualizado: Guardar
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«Primero la gente». Ese fue el mensaje fundacional de Podemos y el eje vertebrador de su discurso. Pero los acuerdos y alianzas territoriales en regiones con presencia nacionalista hipotecaron parte de su agenda y lo obligaron a situar el «derecho a decidir» como epicentro de la misma. Ahora, una semana después de que Pablo Iglesias valorara los resultados electorales fijando el referéndum en Cataluña como condición «imprescindible» y «sin matices» para quien quisiera entenderse con Podemos, el candidato quiere retomar la agenda social y situarla como «prioritaria frente a cualquier otra cuestión».

Iglesias compareció en rueda de prensa el día después de los comicios con un mensaje claro a los socialistas: el referéndum es condición imprescindible para tener su apoyo.

Mencionó otras cuestiones sociales, pero dedicó la mayor parte de los cuarenta minutos que intervención a hablar de «plurinacionalidad», «derecho a decidir» y un «referéndum para Cataluña».

Las quejas, incluso dentro del propio partido, no tardaron en comenzar a escucharse. Entre las bases se lamentaban deque anteponer el referéndum suponía «defender las cuestiones nacionalistas por encima de las sociales». Sin embargo, la tibieza con la que Iglesias se refirió al referéndum la noche electoral –solo habló de ser «favorable a una consulta»– no gustó a sus aliados catalanes, que rápidamente hicieron llegar sus quejas al líder de Podemos. «No podía hacer otra cosa. El resultado en Cataluña, donde se ha hecho campaña con el referéndum como medida estrella, obliga. No ser claros al respecto puede pasarnos factura», explica a ABCun dirigente del partido. El objetivo de Podemos era también acorralar al PSOE, pero rápidamente temieron que poner el foco en la cuestión territorial –que presenta dudas incluso entre el votante de Podemos de regiones sin arraigo nacionalista– tapara el mensaje social que los caracteriza. La maquinaria estratégica volvió a ponerse en marcha y, el día de Nochebuena, el partido anunció su «Ley 25» de Emergencia Social, que presentará el mismo día que se constituyen las Cortes.

Iglesias la llevó debajo del brazo en la rueda de prensa del lunes en La Moncloa tras su reunión con Mariano Rajoy. «Es una prioridad que el Parlamento funcione para sacar adelante esta ley», dijo nada más empezar. «Con prioridad ante cualquier otra cuestión», repitió segundos después.

Iglesias quiere llevar la delantera en la agenda social y de rescate ciudadano, con la vista puesta en la posibilidad de que se celebren nuevas elecciones y a modo de cortafuegos ante el PSOE, que podría justificar una abstención en la investidura de Mariano Rajoy u otro candidato del PP bajo el argumento de que la alternativa es la ruptura de España, según indican fuentes de la formación morada. El líder de Podemos se esforzó en ni siquiera pronunciar la palabra «referéndum» y sólo se refirió a él como «la vía que defiende Podemos» precisamente para preservar «la unidad de España». Mantiene la consulta como condición –«lo hemos dicho muchas veces, no es necesario insistir», dijo Iglesias–, pero la retira al menos de su discurso.

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