poster Vídeo
Arnaldo Otegi, tras salir de prisión - AFP

Otegi, bajo la vigilancia de la Ertzaintza, la Policía y la Guardia Civil

El juez permite los actos de recibimiento al líder abertzale, pero ordena medidas para evitar que se alabe a ETA o humille a las víctimas

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El juez Eloy Velasco rechazó ayer prohibir los actos de bienvenida a Arnaldo Otegi, que este martes ha salido de la prisión de Logroño tras ser condenado por pertenencia a ETA, pero pidió que la Policía vigile el recibimiento al líder abertzale para que no se ensalce a ETA ni se humille a las víctimas del terror.

Como también había pedido la Fiscalía de la Audiencia Nacional, el juez solicitó a la Ertzaintza y a la Delegación del Gobierno del País Vasco y de La Rioja que tomen las «medidas necesarias para evitar que se realicen actos que pudieran ser constitutivos de delito de enaltecimiento o justificación de delitos terroristas o de humillación a las víctimas». La Fiscalía también pidió prevenir cualquier delito.

Esto significa que la Policía y la Guardia Civil, además de la Ertzaintza, vigilarán los tres actos previstos por la izquierda abertzale para dar la bienvenida a Otegi, que fue elegido secretario general de Sortu mientras leía novelas en prisión. El primero de ellos tendrá lugar nada más salir de la cárcel, en una campa a escasos metros.

Detención si hay delito

En caso de que se alabe a ETA en los recibimientos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben «proceder a la identificación y detención de sus autores», según la petición del magistrado. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, también pidió que los cuerpos policiales informen de forma inmediata al Ministerio Público sobre cualquier «novedad o incidencia» en relación a ello.

El juez rechazó prohibir los eventos -como le había pedido la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)- porque «nadie ha manifestado la intención de convertir el acto público en un acto que ensalze o recuerde actividades terroristas de miembros de ETA ni la humillación de sus víctimas, sino actos festivos o políticos». Esta última estancia en prisión se debe a una condena a seis años por intentar reconstruir en 2009 Batasuna, el brazo político de ETA, entonces ilegalizada, bajo las órdenes de la banda terrorista.

Hoy, además del recibimiento organizado por Sortu a las puertas de la prisión de Logroño, sus simpatizantes le esperan a las 18:30 en su pueblo natal, Elgoibar, en Guizpuzcóa. En Logroño se encontrará con la plana mayor de Sortu, entre ellos su presidente Hasier Arraiz o históricos líderes abertzales como Rufi Etxeberría y Pernando Barrena. Este último reconoció en la Audiencia Nacional hace mes y medio que pertenció a ETA como jefe de Batasuna, junto a otros 34 exdirigentes, algo que siempre habían negado.

El tercer acto será el próximo sábado, 5 de marzo, en el Velódromo de Anoeta en San Sebastián, un recinto utilizado históricamente por Batasuna, donde Otegi dará un discurso político entre personalidades abertzales.

«Hombre de paz», según Zapatero

No es la primera vez que Otegi sale de la cárcel. El dirigente abertzale entró en prisión por primera vez en España en 1987, tras ser entregado por Francia. Otegi, que rechazó colgar las armas como sus colegas de ETA político-militar, a la que pertenecía desde 1977, se integró entonces en ETA militar. Por su carrera terrorista de aquellos años, el líder abertzale al que José Luis Rodríguez Zapatero calificó como un «hombre de paz» fue condenado a seis años de prisión por el secuestro en 1979 del director de la fábrica de Michelín de Vitoria Luis Abaitua, a quien retuvieron en un monte cercano a Elgoibar, el pueblo de Otegi.

Más adelante, fue absuelto de los secuestros de los entonces diputados de UCD Javier Rupérez y Gabriel Cisneros, con los que se le relacionó.

Pasado el tiempo desde su salida de prisión en 1993 por el secuestro de Abaitua, Otegi afrontó diversas causas por su actividad en la izquierda abertzale, como varios juicios por enaltecer a ETA. Fue condenado a quince meses por un homenaje al histórico etarra José Miguel Beñarán, alias «Argala», que cumplió entre 2006 y 2007.

También pasó dos días en prisión preventiva en mayo de 2005 en la causa que investigó la financiación de ETA en las «herriko tabernas» Salió al pagar 400.000 euros. En 2009, entró en prisión por el encargo de ETA de reconstruir Batasuna, antes de que la banda dejara las armas. Hasta hoy.

Ver los comentarios