Número dos de Interior: «Ojalá no me hubiera reunido con ese señor, pero no conocía la investigación»

José Antonio Nieto es uno de los protagonistas de la semana, tras conocerse que mantuvo una reunión con Pablo González, encarcelado en la operación Lezo y hermano del expresidente de la Comunidad de Madrid. Atiende a ABC por teléfono desde Córdoba, la ciudad de la que fue alcalde. El número dos de Interior insiste en que, «como debe ser», no sabía «abolutamente nada» de la operación Lezo cuando recibió a «ese señor», cuyo nombre no pronuncia.

¿De qué conocía a Pablo González?

Lo conocí en 2012 en una junta general de Mercacórdoba, de la que él era vicepresidente, como director de Estrategia y Operaciones de Mercasa, y yo presidente, como alcalde de Córdoba. Nos veíamos normalmente cada dos meses, en las reuniones.

Desde que dejé de ser alcalde, en 2015, no había tenido ninguna noticia suya.

¿Cuándo se gestionó la reunión?

La solicitó a un miembro de mi gabinete a principios de enero, pero no había hueco. Volvió a llamar el pasado marzo y le ofrecimos unos minutos en la mañana del día 8.

Un día después de que los ahora detenidos se enteraran de la investigación. Entenderá que este dato levante sospechas.

Me genera inquietud que tanta gente dé por hecho algo que reventaría uno de los pilares de la democracia, la división de poderes. El Gobierno, a través del Ministerio de Interior o del secretario de Estado de Seguridad, no puede ordenar, ni intervenir, ni conocer la actividad de las unidades de Policía Judicial, porque cuando ocurre eso pasa como en Venezuela, que se investiga a los líderes de la oposición y van a la cárcel. Quien dirige y controla las unidades de Policía Judical son los jueces y los fiscales.

¿No sabía nada de la investigación?

Absolutamente nada. Yo no sabía que esa persona estaba siendo investigada. El Gobierno ni ordena, ni interviene, ni conoce las actividades de las unidades de la Policía Judicial.

¿Pablo González le sondeó?

Me felicitó por mi nombramiento y hablamos sobre unos temas de seguridad de Mercasa. La sensación que tengo es que este señor, después de dos años sin verme ni hablar conmigo, quería recuperar el contacto, quizá por el miedo o las dudas que tenía por esas actuaciones, y a raíz de ese primer contacto tener una conversación en la que pudiera plantear temas más sensibles. Afortunadamente esa segunda reunión nunca se produjo. La que se produjo ojalá no la hubiera pedido, ojalá no se hubiera celebrado, pero la quiniela se echa el viernes, no el lunes.

¿Hay registro oficial de la reunión?

Accedió al Ministerio por un puesto de control de la Guardia Civil, advirtiendo de su incorporación a la agenda de esa reunión, delante de todos los funcionarios, con luz y taquígrafos. Si se hubiera intentado hacer algo que no se debía, incumpliendo ese deber de no conocer la actividad de la UCO, hay muchos sitios y formas diferentes de trasladar esa información.

La oposición ha exigido que dimita por estos hechos.

En la sesión de control demostraron desconocer las leyes. Cuatro leyes orgánicas, tres reales decretos y una orden ministerial se ocupan de que el ministro y el secretario de Estado de Seguridad no conozca las investigaciones de las unidades de Policía Judicial. Me están pidiendo que demuestre que no pasó lo que no pasó, el principio de la prueba diabólica del Derecho Romano. La Justicia funciona al revés: quien acusa debe demostrar la culpabilidad.

Pablo González dijo por teléfono que la reunión fue «interesante».

Habrá que ver con quién hablaba este señor, si con un afectado en la operación Lezo o con alguien de Mercasa, porque tiene distinto significado. Además, se autorizaron escuchas en espacios privados y públicos, excepcionales, y, curiosamente, en ninguna de esas escuchas que no son el teléfono hay referencia a esa reunión que era «tan importante».

¿Los policías y guardias civiles que luchan contra la corrupción están trabajando sin injerencias políticas?

Absolutamente. Le pongo las dos manos en el fuego. Fíjese si tienen libertad los agentes de la UCO que en la investigación hay una reunión de un investigado con el secretario de Estado de Seguridad, de quien dependen orgánicamente, y lo incorporan al sumario, no lo eliminan, no se lo callan. Si yo tuviera ese control de la UCO que algunos dicen, hombre, habría procurado que esa reunión no apareciera, aunque solo fuera por las molestias que me ha ocasionado. Fíjese qué libertad y qué margen tienen, que actúan cumpliendo con su obligación y lo hacen muy bien.

Día sí y día también levantan casos de corrupción que afectan al PP.

Nadie va a poder acreditar ningún otro mandato, ningún otro gobierno, que el de Mariano Rajoy, desde 2011, donde se hayan realizado más operaciones contra la corrupción, más detenciones de personas corruptas y se hayan modificado más normas y se hayan dado más medios a policías, jueces y fiscales patra la lucha contra la corrupción. Eso desgasta y ha desgastado al Partido Popular, pero eso es lo que hay hacer. El presidente del Gobierno ha tenido siempre esa convicción, ha asumido las consecuencias. Puede existir ahora una alarma entre la sociedad por la corrupción, pero le aseguro que hay una tolerancia cero desde el Gobierno.

Entenderá el hartazgo de la ciudadanía ante tantos casos de corrupción. ¿El PP ha asumido sus responsabilidades?

Creo que sí. Se ha empezado por asumir las responsabilidades penales: hay muchas personas que han sido cargos del PP que están en prisión. La responsabilidad política se ha asumido con algunas dimisiones, pero creo que por encima de eso, se percibe la voluntad de regeneración y de lucha contra cualquier tipo de tentación que vaya en esa línea dentro del partido. En el caso de Ignacio González, quedó fuera de las listas porque el partido decidió que no fuese el candidato.