Artur Mas, presidente en funciones de la Generalitat
Artur Mas, presidente en funciones de la Generalitat

Mas recurre ante el Constitucional pese a que apoyó la ruptura con España

Homs y Munté insisten en su voluntad de diálogo con el Gobierno

Barcelona Actualizado: Guardar
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Hace una semana, Artur Mas votaba junto a la CUP una declaración de independencia encubierta en el Parlamento catalán que incluye la desobediencia a las instituciones del Estado y a las resoluciones del Tribunal Constitucional (TC). Ayer, el presidente en funciones de la Generalitat faltó a su palabra secesionista y dio luz verde a la presentación de cuatro recursos ante ese Alto Tribunal contra leyes de ámbito nacional por entender que invaden competencias catalanas. ¿Quién dijo desconexión?

Las concesiones a los antisistema, que vetaron en dos ocasiones la investidura de Mas, han sacado a relucir la división interna en Convergència, donde cada vez hay más dirigentes que rechazan los postulados rupturistas de los «cuperos». También en el Ejecutivo catalán hay consejeros que se oponen al «chantaje» de la formación liderada por Antonio Baños.

De hecho, el Gobierno catalán hace caso omiso de la resolución de ruptura aprobada en la Cámara autonómica con sus votos y, ayer, en su reunión semanal, pidió cuatro dictámenes al Consejo de Garantías Estatutarias -órgano de la Generalitat que vela por el ajuste de las leyes al Estatuto y la Constitución- como paso previo a presentar otros tantos recursos ante el TC contra leyes estatales. Se trata de la ley del Voluntariado, dos leyes reguladoras de la Administración y la ley de Carreteras. Todas ellas, dicen, son una intromisión en las competencias catalanas.

CUP no estará «de rodillas»

En paralelo, el consejero de Presidencia y candidato de CDC a las elecciones generales, Francesc Homs, volvió a desmarcarse de un proceso secesionista que hasta ahora había vivido intensamente como hombre de confianza de Mas. Tras renegar del ideario de desobediencia de la CUP, explicó que piensa acudir a Madrid con ánimo de «dialogar, negociar y pactar», tras constatar que el independentismo no tiene fuerza «suficiente» para «imponer unilateralmente» sus posiciones. La resolución de desconexión incluye en el punto nueve la voluntad de dialogar con las instituciones españolas. Pero la CUP no cede y se niega a investir «de rodillas» a Artur Mas presidente, según un artículo publicado por diputado de la CUP Julià de Jòdar en el diario «Ara». El autor defiende un candidato de consenso y no teme un adelanto electoral, aunque no es el escenario «deseado». Hay una tercera en discordia, ERC, que invitó a Homs a «dejarse de puñetas» porque «el independentismo ya ha ganado», replicó el candidato a las generales del 20-D, Joan Tardà. Los republicanos no tienen intención de negociar con el nuevo Gobierno porque «Rajoy, Rivera y Sánchez son lo mismo». No obstante, el Ejecutivo de Mas no da por finiquitado el «proceso», según la vicepresidenta catalana Neus Munté, quien ve posible pactar con la CUP, mientras se tiende la mano al Gobierno.

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