Íñigo de la Serna, Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y Enric Millo, en Barcelona
Íñigo de la Serna, Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y Enric Millo, en Barcelona - AFP

El Gobierno cree que los independentistas están perdiendo apoyo social

Preocupación en La Moncloa al ver la Generalitat de Cataluña en manos de los más extremistas

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La «operación diálogo» del Gobierno ha pisado el acelerador hoy en Barcelona. El presidente Mariano Rajoy, acompañado de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, han viajado a Barcelona, para participar en la jornada sobre infraestructuras y pedir «ayuda» a la sociedad civil para «ganar la batalla de la moderación». La llegada de Rajoy y Santamaría se produce un día después del asalto de la CUP a la sede del PP en Barcelona. En el Gobierno ha preocupación, pero al mismo tiempo ha constatado que los independentistas están perdiendo apoyo social, según han afirmado a ABC fuentes del Ejecutivo.

Ni un solo miembro del Gobierno autonómico catalán ha recibido al presidente Mariano Rajoy, a su llegada al Palacio de Congresos de Cataluña, para participar en una jornada sobre infraestructuras.

Pese a las invitaciones, el plante ha sido evidente, y solo ha aparecido el consejero de Infraestructuras, Josep Rull, para participan en una mesa redonda.

La preocupación del Gobierno por el asalto a la sede del PP se debe, sobre todo, a que se confirma una vez más que los más extremistas, la CUP de Barcelona, ha tomado las riendas de la Generalitat, y el Ejecutivo autonómico de Puigdemont está totalmente en sus manos. Por eso, desde el Ejecutivo se considera que es fundamental recuperar la «moderación» en las instituciones, como paso necesario para que el diálogo dé frutos.

Pero más allá de esa preocupación, en el Gobierno de Rajoy han constatado que el apoyo social al independentismo está bajando de manera evidente. El Ejecutivo está trabajando el apoyo y el diálogo con la sociedad civil, los sectores sociales, económicos y empresariales, y de hecho el acto de hoy en Barcelona es una prueba de ello. La segunda fase de la operación diálogo se centra, en buena medida, en esa sociedad civil que el Gobierno quiere atraer para aprovechar la recuperación económica y ocuparse así de los «problemas reales».

Además, las fuentes del Gobierno consultadas por ABC advierten de que los pasos que está dando la Generalitat hacia un referéndum ilegal no solo violan las leyes nacionales, sino también «las propias», como se ha visto en la tramitación de los Presupuestos, en la que los órganos autonómicos consultivos han advertido de la ilegalidad de algunas partidas.

«No hay apoyo social ni legal», subrayan esas fuentes, que insisten, además, en que desde el punto de vista diplomático los independentistas están absolutamente solos y no tienen un solo respaldo.

El Gobierno confía así en que la pérdida de apoyo social y político y los «errores» que están cometiendo los independentistas acabe dando resultados y permita volver a una senda de «moderación y sensatez».

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