poster Vídeo
José María Aznar, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, en el foro de Vocento - IGNACIO GIL

Aznar destaca el euro y la cultura de la estabilidad como gran legado

Defiende la etapa de la Transición como «un esfuerzo colosal de integración»

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

José María Aznar reconoció ese papel previo que Felipe González realizó para dar a España una dimensión internacional: «Yo no tuve que llamar a la puerta de las instituciones, yo entré en el cuarto y entré en una mesa». Señaló que suresponsabilidad se encontraba en «cómo mejoro mi posición en las instituciones europeas y en el mundo». Y que para ello la clave era la convergencia europea.

El expresidente Aznar se refirió a cómo España había llegado tarde a las citas históricas como las entradas en la OTAN, la UE o las Naciones Unidas mucho antes y a su objetivo de que no volviera a repetirse esa situación. «En aquel momento tenía que llegar», indicó Aznar, que planteó que para ello el elemento básico era el euro.

Y que su objetivo fue que España asumiese la moneda común desde su entrada en circulación. Pero que para ello era necesario «un cambio de cultura extraordinario en España».

Ese cambio cultural de «un país con fama de indisciplinado» tenía que pasar a «una cultura de estabilidad». Defendió Aznar que «el euro con una mano es estabilidad y disciplina y con otra es flexibilidad». Al hacer balance de su mandato una de las cosas que destacó Aznar fue la solvencia, que se dejó sentir en la deuda española: «Yo la dejé en el 40% (sobre el PIB), desgraciadamente ahora está en el 100%, pero tenía más credibilidad que la alemana».

«Un esfuerzo colosal»

Aznar expresó su convicción de que pudo legar un país mejor del que se encontró cuando «voluntariamente» decidió limitar su presidencia a dos mandatos. «Puedo decir que sí», aunque también lo enmarcó como «consecuencia de un proceso histórico». Pero en lo que se centró fue en la visión de conjunto desde 1977, que arroja un claro saldo positivo con «muchos más activos que pasivos».

Dedicó buena parte de su intervención incial a destacar la importancia de «celebraciones como los 40 años de las elecciones» porque una de las lecciones importantes de la Transición, con aplicación para el presente, es que fue «un esfuerzo colosal de integración».

Aznar, que se definió como un «reformista convencido» explicó su convicción respecto a la «continuidad histórica y la fortaleza institucional» porque la Transición «no fue un pacto para esa generación sino de convivencia para las generaciones venideras».

Aunque él mismo reconoció que no fue protagonista de aquel periodo histórico, sí dejó claro Aznar que se siente «parte de ese proceso histórico» en el que dentro de las «alternancias democráticas razonables» cada uno puede aportar su «personalidad». Pero rechazó las alternativas que se dedican a «cuestionar los fundamentos» que determinaron el éxito». Por eso manifestó su desconfianza en los políticos «que descubren el Mediterráneo todos los días o que descubren la rueda todos los días».

Ver los comentarios