La Infanta Doña Cristina, en una imagen de archivo
La Infanta Doña Cristina, en una imagen de archivo - abc
Caso Nóos

El auto judicial dispara la presión para que la Infanta renuncie

Máxima expectación ante el Mensaje de Navidad que dirigirá Don Felipe esta noche

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El Rey Felipe VI dirigirá esta noche su primer Mensaje de Navidad en unas circunstancias muy especiales, marcadas por la situación judicial de su hermana, la Infanta Doña Cristina, a la que el juez José Castro acusa de dos delitos fiscales. El día que comenzó su reinado, Don Felipe se comprometió a «velar por la dignidad» de la Corona, «preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente», porque «sólo de esa manera se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones». Así lo afirmó en el discurso de su proclamación ante las Cortes.

Esta noche el Rey deberá afrontar la difícil tarea de transmitir un mensaje de alta exigencia ética a una España desencantada por los escándalos de corrupción, demostrando a la vez que dicha exigencia empieza por su propia familia, aunque Doña Cristina haya dejado de ser miembro de la Familia Real.

La situación judicial de la Infanta y de su marido, Iñaki Urdangarín, lleva condicionando cuatro años seguidos el Mensaje de Navidad del Rey. Ya en 2011 Don Juan Carlos afirmó que «la Justicia es igual para todos».

Mientras tanto, sigue aumentando la presión sobre la Infanta Doña Cristina para que renuncie a sus derechos dinásticos y deje de lastrar el reinado de Don Felipe, como ocurrió en los últimos años del anterior. El único partido político que considera que la Infanta debe esperar a que haya una sentencia para renunciar a sus derechos es el PP, para el que prevalece la presunción de inocencia de Doña Cristina sobre la exigencia de ejemplaridad a una Infanta de España.

El secretario general del Grupo Popular en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro, afirmó ayer, en una entrevista a RNE, que la renuncia «es una decisión personal. Pero si creemos en el Estado de Derecho y en sus principios, que son de civilización, habrá que esperar a la sentencia que dicte la Audiencia Provincial de Palma. Mientras tanto, debe regir la presunción de inocencia para la Infanta, como para cualquier ciudadano».

Bermúdez de Castro agregó que no le hace «especialmente feliz» que la Infanta se siente en el banquillo, subrayó que de momento «no hay ninguna condena» y manifestó su confianza en la Justicia. El diputado hizo también suyas las palabras que pronunció Don Juan Carlos en 2011: «La tranquilidad para todos los ciudadanos es que la ley y la justicia es igual para todos con independencia de ideas, de territorios y de clases sociales».

El PSOE, sin embargo, insistió ayer, a través del secretario de Organización, César Luena, en que es «insostenible» que la Infanta no haya renunciado, según informa Europa Press. En opinión de Luena, el hecho de que el juez haya decidido sentar a la hermana del Rey en el banquillo demuestra «que el país funciona y eso es muy bueno». «Sea Agamenón o su porquero, si hay indicios de un delito fiscal, y los hay, se va al juzgado y que se demuestre si uno es culpable o inocente». «En España somos todos iguales, sea la familia del Rey o yo mismo», afirmó.

IU, por su parte, aprovechó la polémica en torno a si Doña Cristina debe renunciar para abrir el debate sobre Monarquía y República y pedir la convocatoria de un referéndum. El portavoz de Interior de Izquierda Plural, Ricardo Sixto, afirmó que «lo que habría que hacer no es discutir si un miembro u otro de la Casa Real, por sus implicaciones en determinados casos, debe presentar su renuncia a los derechos a la Corona, sino que se debe dejar hablar al pueblo español para que opine sobre la forma de Estado y decida si Monarquía o República».