Los VIP de las prisiones

Los VIP de las prisiones

Políticos, banqueros y famosos ya no son impunes. En los últimos meses uno tras otro han ingresado en cárceles. Casi todos piden indulto

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Políticos, banqueros y famosos ya no son impunes. En los últimos meses uno tras otro han ingresado en cárceles. Casi todos piden indulto

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  1. El precio de la corrupción

    Las cárceles españolas han empezado a acoger a personajes VIP con una frecuencia impensable hace unos años, casi todos acusados de corrupción. En los últimos meses políticos, empresarios fulgurantes y personajes públicos han atravesado las puertas de los centros penitenciarios, tanto penados como preventivos (el último el exconsejero Francisco Granados). Pero a diferencia de los más de 65.000 internos que existen en España, ellos han cambiado los restaurantes de lujo por el rancho taleguero y las suite con jacuzzi por las celdas compartidas. El mensaje judicial es claro: evitar la «cuasi impunidad material» que parecen tener políticos y personas poderosas o de relevancia pública, tal y como señaló la Audiencia de Málaga al decidir que no suspendía la pena de Isabel Pantoja.

    La mayoría han saqueado las arcas públicas o las empresas que gestionaban –véase María Antonia Munar o Pedro Pachecho, en el primer grupo o Gerardo Díaz Ferrán en el segundo–, pero se han servido de todo tipo de triquiñuelas legales para tratar de evitar su ingreso en prisión o al menos retrasarlo, en procesos judiciales que han coleado años. Una característica compartida es la solicitud de indulto al Gobierno a la que la mayoría ha recurrido. El viernes, se denegó una de ellas, la del expresidente del Sevilla FC José María del Nido, condenado a siete años. Antes, el Ejecutivo ya había adoptado la misma medida con respecto a uno de su exministros, el antiguo presidente balear Jaume Matas. Otra habitual es alegar enfermedades para tratar de obtener un informe favorable por parte de los médicos de prisión. Prisiones y sus propios abogados reiteran que entre rejas no existe ningún tipo de privilegio para estos delincuentes primarios que, en general, acaban en módulos de respeto, los menos duros.

    Tienen en común que han utilizado su posición social y poder económico o empresarial para delinquir y que una vez imputados han recurrido a los más prestigiosos abogados al alcance de pocos bolsillos para que los defiendan, con bufetes que se repiten como un mantra en casos de corrupción y que en no pocas ocasiones han ejercido como jueces o fiscales antes.

    La falta de arrepentimiento es otra constante en estos casos mediáticos donde los delitos se repiten una y otra vez: cohecho, prevaricación, blanqueo de capitales, falsedad documental, malversación... Los delitos no son nuevos. Sí el tratamiento policial y judicial que se les da. El fin de la impunidad VIP.

  2. Isabel Pantoja

    El ingreso de la tonadillera en prisión se convirtió, como tantas otras cosas de su vida, en un folletín. Condenada por el Supremo a dos años por el caso Blanqueo, derivado de la Malaya, Isabel Pantoja ingresó finalmente a las ocho de la mañana del viernes en el centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra.

    Han pasado, pues, apenas 48 horas desde que cruzara el umbral de la prisión y sintiera en primera persona el ruido metálico del cierre de las puertas que queda a las espaldas de cada persona que es encarcelada. Nada más ingresar fue sometida a los habituales exámenes médicos (en los que no se detectó ninguna anomalía) y recibió la visita del educador social, que la informó de cuál sería su rutina diaria a partir de ese momento, sus derechos y también sus obligaciones. Su destino provisional es el módulo de ingresos, donde permanecerá hasta mañana, lunes, cuando se le asignará un módulo. Dado su perfil de presa primaria, y teniendo en cuenta también su popularidad, se le buscará el menos conflictivo del centro, en el que cumplen condena 160 mujeres, muchas de etnia gitana. Ahora, su futuro en prisión dependerá de ella misma.

  3. Julián Muñoz

    La expareja de Isabel Pantoja y exalcalde de Marbella cumple condena como la tonadillera por el caso Blanqueo, en que fue condenado a seis años y medio de prisión por lavado de dinero y cohecho. A diferencia de la artista, Muñoz ingresó en prisión el mismo día en que se hizo pública la sentencia, el 16 de abril del año pasado, tras pedirlo expresamente la Fiscalía Anticorrupción, pues sobre él ya pesaba otra condena de dos años por el caso Malaya. Además, ha sido condenado a siete más por el caso Minutas, por malversación y corrupción, en el que comparte pena con el expresidente del Sevilla, José María del Nido.

    Julián Muñoz está plenamente integrado en la vida carcelaria, que conoce desde 2007 con cierta regularidad.Según algunas informaciones ha decidido aprovechar el tiempo que pasa entre rejas para estudiar Derecho. Dice que lo hace para poder defenderse mejor en los tribunales. En 2008, cuando estaba en la cárcel de Jaén, donde se le llevó para proteger su intimidad después de ser objetivo de una trama de presos que vendían imágenes del exalcalde y Roca a las televisiones, llegó a sufrir una angina de pecho.

  4. José Mª del Nido

    Condenado a siete años por el caso Minutas, uno de los derivados del saqueo de Marbella, el abogado y expresidente del Sevilla permanece recluido en el centro penitenciario de Sevilla 1 desde el pasado 5 de marzo. La Audiencia de Málaga, que le consideró culpable de los delitos de prevaricación, malversación y fraude, le advirtió de que si no ingresaba dictaría orden de busca y captura contra él.

    El Tribunal Supremo rebajó su condena por fraude pero mantuvo el resto en lo sencial. El expresidente del club sevillano cobró facturas millonarias como abogado por trabajos que no realizó para el Ayuntamiento de Marbella cuando estaba al frente del mismo su amigo Julián Muñoz. En su momento trató de retrasar su ingreso en la cárcel al haber solicitado el indulto, alegando que encarcelarlo le causaría un «perjuicio irreparable». El viernes, el Gobierno le denegó esta medida de gracia. Del Nido fue condenado también a pagar 2.786.607 euros, que empezó a depositar a plazos antes de entrar en el centro penitenciario. Para entonces ya había dimitido como presidente del club y pedido disculpas. Su intención era, dijo, asumir la culpabilidad.

  5. Luis Bárcenas

    El exsenador y extesorero del PP ingresó en prisión preventiva el 27 de junio de 2013 en Soto del Real por orden del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que le imputa hasta una docena de delitos: blanqueo, cohecho y delito fiscal entre otros, tras descubrir que tiene en Suiza casi 50 millones de euros y que cobró en torno a 70.000 euros de la trama Gürtel a través de su cabecilla Francisco Correa.

    Pese a la incansable actividad desplegada por sus abogados, con Javier Gómez de Liaño a la cabeza, su puesta en libertad ha sido denegada hasta en cinco ocasiones, la última de ellas por la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional ante el riesgo de que siga manejando fondos aún ocultos. El que fue todopoderoso hombre del Partido Popular se ha adaptado bien a la vida en prisión (sus pasatiempos favoritos son el ajedrez y las cartas), selecciona con mimo sus relaciones (en las zonas comunes coincide con el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán) y recibe la visita frecuente de sus letrados y de su familia (incluidos los «vis a vis» con su mujer). Uno de su peores momentos lo vivió cuando fue grabado en prisión por otros reclusos y las imágenes emitidas luego en televisión.

  6. Gerardo Díaz Ferrán

    El expresidente de la CEOE ingresó en la prisión madrileña de Soto del Real en diciembre de 2012. Su caso es especial, pues tiene doble condición de preventivo y penado. Fue condenado a 2 años y dos meses por la venta de la aerolínea Air Comet y la Audiencia Nacional ha prorrogado esta misma semana dos años su prisión preventiva por el vaciamiento patrimonial del Grupo Marsans, por el que la Fiscalía solicita 15 años de cárcel.

    Se le acusa de alzamiento de bienes, concurso fraudulento, blanqueo de capitales e integración en organización criminal. El juez Eloy Velasco decidió que siga encarcelado alegando que es «indispensable» para evitar que se fugue.

  7. Mª Antonia Munar

    La exlíder de Unió Mallorquina y expresidenta del Parlamento balear ingresó en prisión el 24 de julio de 2013 en la cárcel de Palma para cumplir 5,5 años por corrupción por el caso Maquillaje. Ya entre rejas fue condenada a otros 6 años por la venta amañada de un solar público. Tiene más causas pendientes. Su partido, en el centro de la corrupción en Baleares se disolvió en 2010.

    María Antonia Munar pese a la estricta vida carcelaria, al menos en los primeros mess apenas modificó sus hábitos en el vestir. Coqueta como siempre, solía deambular por el patio calzada con sus habituales zapatos de tacón alto y con sus amplias gafas de sol que le cubren prácticamente todo el rostro. Algunas reclusas, con las que mantiene buena relación, sostienen que llora a menudo y que hace frecuentes llamada telefónicas a su madre para tranquilizarla. Recibe muchas visitas.

  8. Francisco Granados

    El juez atribuye al ex número 2 del PP de Madrid, Francisco Granados, los delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales, integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho, malversación de fondos, prevaricación y fraude.

    En los primeros días tras su detención en la operación Púnica estuvo encarcelado en la prisión de Soto del Real, desde la que fue trasadado, a petición propia, a la más moderna de Estremera, donde está recluido en el módulo 3. Comparte espacio con el jefe de la mafia china Gao Ping, detenido en la operación Emperador. Curiosamente, en su etapa en el gobierno regional de Esperanza Aguirre inauguró el centro penitenciario en el que ahora pasa los días, a la espera de tiempos mejores.

  9. Pedro Pacheco

    El que fuera alcalde de Jerez durante 24 años, histórico del Partido Andalucista, fue detenido el pasado 24 de octubre por orden judicial e ingresó en la prisión de Puerto III, una de las de máxima seguridad de España, para cumplir la condena de 5,5 años ratificada por el Tribunal Supremo por contratar irregularmente a compañeros de partido en empresas municipales.

    Los asesores cobraron más de 200.000 euros sin realizar ningún trabajo. Se le condenó por prevaricación,malversación de fondos públicos y falsificación de documentos oficiales. El exalcalde, de 66 años, padece un glaucoma, según su defensa, y el juzgado ordenó el embargo de su casa en Costa Ballena para cubrir 200.000 euros de responsabilidad civil. El Gobierno aún no se ha pronunciado sobre su indulto.

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