Rivera se abre a una abstención que cierre la puerta del poder a Podemos

Albert Rivera no apoyará la investidura de Mariano Rajoy o de Pedro Sánchez, pero sí abre la puerta a abstenerse si uno de los dos es el más votado. Y pide que ellos hagan lo mismo si es Ciudadanos gana las elecciones.

El líder de Ciudadanos se ha mostrado esta tarde «partidario» de que la legislatura pueda arrancar para evitar un bloqueo institucional, y ha asegurado que si él no puede gobernar y tras esa abstención «se irá a la oposición» y no firmará ningún acuerdo de gobernabilidad ni de legislatura con esa fuerza más votada.

Según todas las encuestas que se han venido conociendo hasta el pasado lunes, esa primera fuerza es sin excepción en todos los sondeos el Partido Popular.

No obstante, según la composición final del Parlamento, podría suceder que ni siquiera la abstención de Ciudadanos fuese suficiente.

Rivera ha decidido por fin ser más explícito por dos motivos. El primero casa directamente con el endurecimiento del discurso hacia Podemos. En la fórmula empleada por Rivera no se asegura que vayan a abstenerse ante la lista más votada. Solo que lo harán si ésta es el PP o el PSOE. Si se diese el caso de que fuese Podemos, el voto sería negativo. Ciudadanos también votaría no a cualquier fórmula de Gobierno que incluya a Podemos, es decir también daría su negativa al tándem Sánchez-Iglesias aunque fuera el socialista el que lo liderase.

El segundo motivo es que, según el CIS, la bolsa de indecisos más grande (11%) está entre el PP y Ciudadanos. Rivera pretende atraerlos alejando el fantasma de que su formación apoyará una coalición de izquierdas.

«España va mal, pero no se merece ir peor»

Albert Rivera ha arrancado el último día de campaña reivindicando su posición en el centro político como mejor garantía para «aglutinar y unir los puentes entre españoles», y ha reivindicado a Ciudadanos como el único partido capaz de abrir «un espacio de diálogo tranquilo». [ Entrevista con Albert Rivera]

Ante el debate sobre los pactos poselectorales y el fantasma de la ingobernabilidad, Rivera ha reconocido que «España se enfrenta a un miedo que es la inestabilidad», pero ha asegurado que si Ciudadanos gana las elecciones esos temores desaparecerán: «Habrá estabilidad si gana el centro» frente a la «eterna decadencia».

Rivera ha sido especialmente contundente y crítico con Podemos asegurando que su entrada en el Gobierno es una línea roja infranqueable. «España va mal, pero no se merece ir peor». En este sentido ha insistido en varias ocasiones en la «inestabilidad» que podría suponer Podemos por su modelo de alianzas con Compromis, las mareas o la plataforma de Ada Colau. El presidente de Ciudadaños añade que la apuesta de Iglesias por un referéndum en Cataluña le separa irremediablemente de ellos, y que votará «no» a cualquier fórmula de Gobierno que los incluya. «Diré no a una mayoría de perdedores, con Podemos o incluso con el PSOE».

Durante un desayuno organizado por El Periódico, que Cataluña puede ser de las comunidades más beneficiadas si Ciudadanos logra impulsar sus medidas económicas, y ha glosado las tres garantías que sus programa puede garantizar: prosperidad económica, justicia social y estabilidad política. « Queremos arreglarlo todo sin romper nada», ha planteado. «Un Gobierno sin mayoría absoluta tiene que tener centralidad. Si ganan desde los extremos hay riesgo de dar la espalda a los demás», ha alertado el candidato a la Moncloa.

El presidente de Ciudadanos ha puesto encima de la mesa su compromiso de «sentar a todas las autonomías a debatir un nuevo sistema de financiación autonómica». Y se compromete a iniciar esa negociación en los primeros seis meses de legislatura.

«Hay que consensuar una nueva ley de financiación autonómica. No se puede esquivar el debate. El señor Rajoy se ha escondido», ha criticado Rivera, que ha planteado que con Artur Mas «no hay que reunirse a escondidas» sino que «le invitaría a la mesa de negociación del nuevo modelo de financiación. Pero con todos».

Una reforma de la ley de financiación autonómica consensuada, «no porque lo pida una comunidad autónoma concreta ni para hablar de derechos históricos». Ha fijado como prioridad que esa nueva norma debe ser estudiando el coste del Estado de Bienestar.