Ricardo Araque, director de Veta la Palma
Ricardo Araque, director de Veta la Palma - ABC
Entrevista a Ricardo Araque

«Vamos a sembrar cereales de invierno en 2.000 hectáreas de Veta la Palma»

El director general de la finca indica que la falta de agua en cantidad y calidad en la margen derecha del río lleva a la familia Hernández a desistir de cultivar arroz en esa parte y a apostar por secanos de siembra invernal.

SEVILLA Actualizado: Guardar
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En el término municipal de Puebla del Río se sitúa la mayor finca privada de toda España: Veta la Palma, propiedad del grupo Hisparroz que dirige la familia Hernández. Con una extensión de 11.300 hectáreas y con el 12% de la explotación en el Parque Nacional de Doñana, la finca constituye el corazón de las Marismas del Guadalquivir y supone el mayor acervo para el cultivo arrocero que tiene el grupo empresarial. Sin embargo, la paralización del proyecto de modernización de los regadíos de la margen derecha ha frustrado la intención de producir arroz en 2.000 hectáreas a ese lado del río, obligando al grupo a diversificar con otras actividades económicas, explica el director general, Ricardo Araque. El nuevo proyecto de la familia Hernández se centra ahora en sembrar cereales de invierno en Veta la Palma, siendo ésta la primera incursión agrícola de la estirpe fuera del negocio arrocero.

-Veta la Palma ha sufrido un largo proceso de transformación para su explotación y aprovechamiento agrícola y ganadero en los últimos años. ¿En qué situación está actualmente?

-El grupo Hisparroz adquiere Veta la Palma en el año 82. Era en origen eminentemente ganadera y la familia Hernández, que ya eran propietarios de tierras donde cultivaban arroz, la compran con la idea de extender el cultivo en esta finca, como cierre de todo el marco arrocero que gira alrededor de la Marisma del Guadalquivir. Pero lo cierto y verdad es que por complicaciones con la llegada del agua a la margen derecha del río, por la falta de concesiones que garanticen el recurso en cantidad y calidad suficiente, ha sido muy complicado durante los últimos 20 años poner en cultivo unas 2.500 hectáreas. De éstas, sólo se han aprovechado unas 500 hectáreas para cultivar especialidades de arroz, pero entorno a 2.000 hectáreas cultivables han permanecido vacías. Por ello, hace cuatro años iniciamos un nuevo proyecto que recientemente hemos conseguido desbloquear para sembrar cereales de invierno en secano en estas 2.000 hectáreas de la margen derecha.

-¿La paralización del proyecto de modernización del riego del arroz ha impulsado a la propiedad a buscar otras alternativas de cultivo?

-Sí. Hemos dejado en el cajón la intención de ser arroceros en la margen derecha del Guadalquivir mientras se soluciona el problema del agua y a la espera de que el proyecto de modernización de los regadíos se active. Las noticias que tenemos es que no hay fondos europeos para iniciar estas obras de envergadura. El problema también es que el proyecto se ha empujado poco. Entre los propios usuarios no hay consenso, ya que no es lo mismo regar con agua en la margen izquierda que en la derecha. Hay 20 kilómetros de río de diferencia y eso se nota mucho en cuanto a calidad. Mientras no haya una solución, hemos apostado por los cultivos de invierno y, quién sabe, si van muy bien igual decidimos no volver al arroz en el futuro.

-¿Cómo se están preparando las tierras de la finca para soportar el cambio productivo?

-La primera fase del proyecto, que ya hemos iniciado, es desalinizar las tierras para hacerlas aptas para otros cultivos, actuación en la que vamos a invertir entorno a ocho millones de euros que salen únicamente de la inversión del grupo Hisparroz. Lo que estamos haciendo en la margen derecha es lo que se hizo hace ya 40 años en la margen izquierda, en el llamado sector B12 correspondiente a la marisma de Lebrija, que actualmente es un vergel productivo y donde funcionan muy bien distintos cultivos como el algodón o el tomate para industria. Ya tenemos drenadas unas 480 hectáreas en la margen derecha y seguimos lavando tierras, pero estimamos que tendremos que esperar unos cuatro o cinco años para poner esas 2.000 hectáreas en producción.

-¿Qué cultivos son los que se van a sembrar en Veta la Palma?

-Vamos a empezar este año a sembrar en esas 480 hectáreas que ya están desalinizadas, pero aún no tenemos muy claro con qué superficie vamos a comenzar, si será sólo en una parte o en toda la extensión. En cuanto a los cultivos, estamos en conversación y asesoramiento con expertos en transformación de marisma y en base a un criterio profesional decidiremos qué tipo de cultivos de invierno son los más apropiados para empezar: si los trigos, la avena, algún tipo de colza o incluso remolacha de invierno. En función de este apoyo técnico y estudiando tendencias de mercado, determinaremos qué cultivo nos interesan más.

-Hisparroz es la empresa familiar con más hectáreas de arroz. ¿Cómo se prevé la próxima campaña?

-El grupo tiene en propiedad unas 4.500 hectáreas de arroz, aproximadamente 2.000 en la margen izquierda y el resto en la margen derecha. En la margen izquierda se han sembrado todas, pero en la derecha, por el problema de agua comentado, hay muchas hectáreas vacías, y las que se han sembrado (500 hectáreas) son en su mayoría especialidades para una alimentación específica. Esta semana empezaremos a meter ya las cosechadoras en las variedades más tempranas. En la margen izquierda esperamos unas producciones buenas, entorno a 9.500 kilos por hectárea de media, y en la margen derecha los rendimientos serán de mil kilos/hectárea por debajo. No obstante, al ser éstos arroces muy específicos, el mercado los paga mejor, por lo que esperamos compensar con un mayor precio la menor cosecha de la margen derecha.

-Veta la Palma era una finca ganadera y hoy sigue conservando también esta actividad.

-La ganadería fue la primera actividad económica que se desarrolló en Veta la Palma. Las características de la finca y su singularidad tanto por extensión como por la variedad de pasto facilitaban la cría de ganado. Actualmente existe una ganadería de cruce mestizo de vacuno que lo forman vacas retintas con toros limousine y vacas charolesas con toros limousine. Contamos con unas 600 madres nodrizas que, más los becerros, suman en total unas 800 cabezas de ganado. En este sector, lo que hacemos es vender los terneros al destete a otras empresas y particulares que se dedican a criarlo y cebarlos. No obstante, como los precios en el mercado del ganado vacuno están estabilizados, estamos estudiando la posibilidad de asumir un paso más y quedarnos también con la fase de cebo.

-La actividad más reciente en la finca es la granja marina, donde se cierra el círculo asumiendo producción, procesado y comercialización de pescado

-La piscifactoría supone, por volumen de facturación, la principal actividad económica, seguida del arroz y, por último, la venta de terneros. Los cultivos acuícolas de Veta la Palma se desarrollan en regímenes extensivo y semiextensivo en un área de 3.200 hectáreas cubierta con agua salobre. El 85% de la producción se vende en España, aunque también son importantes mercados como Portugal, Italia y Estados Unidos. Tenemos además dos líneas de procesado, una dedicada a pescado fresco (lubina, dorada, corvina, albur y camarón) y otra pequeña para congelados. Además, muchas de las cepas del plancton marino que se consume en los restaurantes Estrella Michelín proceden de Veta la Palma, ya que Hisparroz posee el 80% de la sociedad «Fitoplancton Marino», líder mundial en el desarrollo del cultivo de microalgas.

-El hecho de estar en un entorno protegido como Doñana ¿suma ventajas o desventajas?

-Las dos cosas. Llevamos por bandera la sostenibilidad y sabemos trasladar a nuestros clientes la riqueza natural de nuestros productos, pero a la hora de hacer inversiones hay demasiados obstáculos. Hemos tardado cuatro años en desbloquear el proyecto de poner en cultivo con nuevas producciones casi 2.000 hectáreas en la margen derecha, que van a dar empleo y riqueza a una zona actualmente deprimida. Y eso no deja de ser preocupante.

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