El presidente de AENA en la junta de accionistas de 2015
El presidente de AENA en la junta de accionistas de 2015 - José Ramón Ladra

Vargas señala que frenar la internacionalización de AENA sería un «error»

La sociedad pública ha rebajado las pérdidas de los aeropuertos deficitarios en un 65% hasta los 35 millones

MADRID Actualizado: Guardar
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El presidente de AENA, José Manuel Vargas, ha recalcado que paralizar el proceso de internacionalización de la sociedad pública, privatizada parcialmente a comienzos de 2015, supondría «un error», propio de «un país con poca ambición», a la vista de la capacidad de crecimiento de la empresa por sus activos y la experiencia de la plantilla. «AENA tiene el potencial suficiente para convertirse en el primer operador aeroportuario del mundo», subrayó el máximo responsable de la sociedad pública (el Estado aún conserva un 51%) durante su intervención en una jornada dedicada al estudio de la salida a Bolsa de la compañía celebrada en IESE Business School.

El directivo hizo hincapié en que superada «la primera fase» de reestructuración de la compañía, por la que se recortaron los costes operativos, la firma recuperó su «credibilidad» ante las entidades financieras e inversores internacionales y taponó las pérdidas de 600 millones de euros anuales de caja, la compañía debe emprender una «segunda fase» con el objetivo de transformarse en una «compañía global de gestión aeroportuaria», una «decisión que deberá tomar el Estado más pronto que tarde».

Modelo, explicó el máximo responsable de AENA, diametralmente opuesto al que se encontró el actual Gobierno en 2011, cuando la firma «estaba orientada al servicio público y no al resultado» y acumulaba y una deuda de 12.000 millones. « La credibilidad era cero. Las entidades no creían ni en la capacidad de reestructuración de la compañía ni en España».

Este ajuste de gastos operativos ha permitido a la empresa no solo mejorar su apalancamiento y revalorizarse en Bolsa un 110% desde la opv de febrero de 2015. Todos los activos de la compañía, incluidos los 23 aeropuertos con menos de 500.000 pasajeros al año, «han mejorado su rentabilidad», una evolución que se ha visto favorecida por «un entorno del mercado que en el ámbito europeo y doméstico que favorece a una compañía de las características de AENA». En este sentido, estos aeropuertos (entre los que se encuentran terminales como las de Valladolid, León, Huesca, Badajoz, Salamanca y Albacete, entre otros) han rebajado sus pérdidas operativas desde los 100 a los 35 millones de euros que registraron en 2015, es decir, un 65% menos.

El presidente de AENA reconoció la escasa viabilidad económica de algunas de estas infraestructuras, pero recordó que, como compañía pública, debe garantizar la comunicación de los ciudadanos, independientemente de su lugar de residencia. No obstante, apostilló que «estas pequeñas infraestructuras siempre aportan valor» y que aunque «algunas carecen de sentido hoy» pueden «ser viables el día de mañana», tanto si se promocionan esos destinos para canalizar mayor flujo de tráfico o por su sentido como «aeropuertos de conexión» con mayores terminales.

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