El presidente de Ibercaja, Amado Franco
El presidente de Ibercaja, Amado Franco - JUAN MANUEL SERRANO ARCE

Ibercaja busca 200 millones para reforzar su capital antes de salir a Bolsa

La entidad cuenta con el asesoramiento de JP Morgan para encontrar un socio estable que refuerce su capital antes de debutar en los mercados

MADRID Actualizado: Guardar
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Ibercaja ha reactivado la búsqueda de uno o varios socios que refuercen su capital de cara a su futura salida a Bolsa. Según ha podido saber ABC de fuentes financieras, el banco que preside Amado Franco ha contratado al banco de inversión JP Morgan, quien ya inició los primeros contactos con posibles fondos de inversión interesados antes de las vacaciones de verano. Ahora, tras el parón estival, las conversaciones han vuelto a ponerse en marcha y la información del proceso se ha hecho llegar también a posibles socios industriales.

La intención de la antigua caja aragonesa es obtener una inyección de 200 millones de euros con la entrada de un socio estable que comparta el proyecto de la entidad.

De finalizarse la operación con éxito, marcaría el comienzo del proceso de diversificiación de su capital, que deberá concluir con el recorte por debajo del 50% del peso que tiene la Fundación en Ibercaja Banco, actualmente está en el 87,7%. La ley de cajas y fundaciones fija el año 2020 como la última fecha para que éstas rebajen su control de sus bancos filiales, si no quieren ser penalizadas con la dotación de un fondo de reserva.

La entrada de un «inversor ancla» también despejaría el fantasma de una posible compra no deseada una vez que la entidad esté cotizando en el mercado. Según explica la entidad en la documentación remitida, el plazo máximo para cotizar es diciembre de 2019, aunque el equipo directivo de Ibercaja trabaja con la posibilidad de adelantarlo a finales de 2018. Las fuentes consultadas explican que los plazos dependerán finalmente de las condiciones del mercado y de que se haya encontrado un socio con un perfil adecualdo, ya que la entidad no tiene prisa por someterse al escrutinio del parqué.

Por otro lado, Ibercaja afronta en los próximos meses la devolución de las ayudas públicas que recibió en 2013 por la compra de Cajatres (el grupo extinto formado por Caja Inmaculada (CAI), Caja Badajoz y Caja Círculo de Burgos). La filial de la antigua caja recibió una inyección de capital de 407 millones de euros mediante la suscripción por parte del Frob de obligaciones contingentes convertibles (Cocos en el argot financiero). El pasado mes de marzo ya amortizó 20 millones de euros, el 5% del total de las ayudas recibidas y, según los planes de la entidad, el grupo aragonés amortizará el resto en dos tandas: una primera, en marzo, cuando se devolverán 163 millones de euros, y la segunda en diciembre, con el pago de los 224 millones restantes.

Fuentes cercanas a la entidad explican que Ibercaja tiene que pagar al FROB unos intereses anuales del 10% por estas ayudas, lo que supone restar de sus resultados unos 40 millones de euros, por lo que su amortización anticipada serían un balón de óxígeno a la cuenta de resultados del banco, una vez que sus ratios de capital ya están por encima del mínimos legal.

Cuando Ibercaja complete la devolución de las ayudas, se convertiría en el tercer grupo financiero que reingresa el apoyo público recibido durante los años de la crisis. El primero en hacerlo fue Caixabank por el caso de Banca Cívica, en abril del 2013, reembolsando 977 millones en preferentes suscritas por el fondo público. Un año después hizo lo propio Liberbank, con la amortización anticipada de 124 millones en CoCos.

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