Imagen de archivo de Ruiz-Mateos con seis de sus hijos
Imagen de archivo de Ruiz-Mateos con seis de sus hijos - EFE

Los hijos de Ruiz-Mateos responsabilizarán a su padre de la compraventa de dos hoteles

Los seis acusados se sientan en el banquillo en la Audiencia de Palma como presuntos autores de los delitos de estafa agravada, insolvencia punible y falsedad en documento mercantil

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha acogido este jueves la segunda sesión del juicio contra seis hijos del empresario José María Ruiz-Mateos, por una presunta estafa en la compraventa de dos hoteles, el Beverly Playa en Mallorca y el Beverly Park en Gran Canaria. Tal como había previsto el fiscal Anticorrupción Juan Carrau, la estrategia de defensa de los acusados se ha centrado en descargar las responsabilidades por este caso sobre el patriarca de la familia. Cabe recordar que inicialmente también había sido imputado en este proceso el fundador de Rumasa, que falleció en septiembre de 2015.

Se sientan ahora en el banquillo Zoilo, José María, Javier, Alfonso, Pablo y Álvaro Ruiz-Mateos, quienes en su condición de empleados de Nueva Rumasa están acusados de los delitos

de estafa agravada, insolvencia punible y falsedad en documento mercantil por la citada compraventa. El fiscal pide siete años de prisión para cada uno de los seis hermanos porque, presuntamente, habrían aparentado «una solvencia en realidad inexistente» para que los dueños de los dos hoteles mencionados les vendieran su participación. El precio total acordado ascendió en su momento a 11,6 millones de euros.

Álvaro Ruiz-Mateos, en una imagen fechada el 10 de abril de 2014
Álvaro Ruiz-Mateos, en una imagen fechada el 10 de abril de 2014 - Vanessa Gómez

En la jornada de hoy, ha declarado en primer lugar Álvaro Ruiz-Mateos, quien ha recalcado ante el tribunal que «el único dueño» de Nueva Rumasa era su padre. En ese contexto, ha añadido que habría sido su progenitor quien en su momento negoció en solitario la compraventa de los dos hoteles y también quien decidió qué empresas debían actuar como avalistas en la operación. Álvaro Ruiz-Mateos figuraba como avalista por su condición de administrador de Clesa y Dhul. Durante su declaración de este jueves, el citado hijo de Ruiz-Mateos también ha señalado que él no era un directivo de Nueva Rumasa, sino únicamente un «empleado», con un sueldo mensual de 3.500 euros al mes.

El desarrollo del interrogatorio ha estado marcado por diversos momentos de gran tensión entre el acusado y el fiscal. Uno de los instantes de mayor tirantez se ha producido cuando Carrau ha mostrado un documento en el que se señalaba que, al parecer, los pagarés rubricados por los acusados no habría que pagarlos porque las firmas eran falsas. El fiscal le ha preguntado entonces a Álvaro Ruiz-Mateos si su padre le había hablado sobre ello.

Tensión en la sala: «¿Pero usted por quién nos toma?», ha preguntado Álvaro Ruiz-Mateos al fiscal del caso

En ese contexto, el acusado ha señalado que nadie le dijo nada de esa supuesta falsificación y a continuación ha defendido que la adquisición del Beverly Playa y del Beverly Park habría sido una operación conforme a la legalidad. «Cuando hemos firmado una operación y han avalado Dhul y Clesa, dos empresas serias, y hemos hablado personalmente, lo que nunca le preguntaría a mi padre es que me dijera luego que los pagarés son de broma. ¿Pero usted por quién nos toma?», ha indicado Álvaro Ruiz-Mateos en un tono visiblemente irritado.

La compraventa de ambos establecimientos hoteleros se llevó a cabo en diciembre de 2008. Sin embargo, poco después de adquirirlos y de hipotecarlos, los hermanos Ruiz-Mateos habrían hecho desaparecer, según el fiscal, «los fondos así obtenidos sin efectuar el pago del precio convenido». El dinero logrado habría sido destinado a «beneficio particular» de los seis acusados.

En la jornada de ayer, la defensa de los hermanos Ruiz-Mateos había pedido al tribunal la nulidad de la declaración que en su momento hizo, en calidad de testigo, el antiguo abogado de la familia, Joaquín Yvancos. «Confío plenamente en la capacidad del tribunal para abstraerse por completo de la mínima consideración del fruto envenenado, del fruto ilícito, de todo este árbol envenenado que en definitiva ha sembrado el señor Yvancos», afirmó el abogado de la defensa, Juan Manuel García-Gallardo.

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