El país afronta una crisis fiscal por sus dificultades ante la inestabilidad del Gobierno de Dilma Rousseff
El país afronta una crisis fiscal por sus dificultades ante la inestabilidad del Gobierno de Dilma Rousseff - EFE

Las empresas españolas mantienen su apuesta por Brasil pese al lastre bursátil

Diez de las principales compañías del Ibex sufren otro día de pérdidas en Bolsa por la crisis del país iberoamericano

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Brasil se convirtió en un maná para las grandes empresas españolas. Sobre todo, cuando la crisis azotó con más virulencia a la actividad nacional. Sin embargo, la profunda recesión en que se encuentra inmersa la gran potencia iberoamericana afecta ahora también a las compañías de nuestro país con negocio allí. Cuando el pasado jueves Standard & Poor’s (S&P) degradó la calificación crediticia de Brasil a «bono basura», grupos como Telefónica y Banco Santander ya cayeron en Bolsa más de un 3%. Los «números rojos» se mantuvieron ayer, y una docena de empresas españolas con intereses en ese mercado volvieron a sufrir con las malas noticias procedentes de Brasilia. En todo caso, todas ellas lanzan por ahora un mensaje de tranquilidad.

No es casual que las empresas con mayor exposición a ese país estén entre las que más cayeron ayer en el Ibex 35. Dia lo hizo un 3,2%, Repsol un 2,91%, Telefónica un 2,2%, Sacyr un 2%, Gas Natural Fenosa un 1,94%, el Santander un 1,64%, Mapfre un 1,43%, Iberdrola cayó un 1,09%, Indra un 0,73% y solo Abertis, también con inversiones allí, se salvó al cerrar la sesión prácticamente en plano (+0,14%).

La comunidad financiera augura ya para Brasil una contracción de su PIB, que en el segundo trimestre cerró con una caída del 1,9% y confirmó la situación de recesión del país, mayor que la esperada y agravada por una tasa de inflación que roza el 10%. Además, y como explicó el jueves S&P, el país afronta una crisis fiscal por sus dificultades para corregir el déficit público ante la inestabilidad del Gobierno de Dilma Rousseff. A todo ello hay que sumar los escándalos de corrupción.

«Brasil sigue siendo un quebradero de cabeza para Telefónica o Santander», dice el analista de Self Bank Felipe López-Gálvez en referencia a los dos grupos españoles con más actividad en el país suramericano. «La importancia ha sido mayor dependiendo de la exposición de cada uno de estos grupos», explica Jorge López, de XTB, quien recomienda «no perder de vista empresas del sector de la construcción, el consumo e industrial que tenían grandes proyectos en Brasil y que pueden obtener un menor rendimiento o ver cómo dichos proyecto dan marcha atrás».

Sin cambios de inversión

Brasil es el segundo mercado de Telefónica tras España y en el que ha concentrado gran parte de sus esfuerzos de crecimiento. Así, viene de desembolsar 4.663 millones para comprar el operador de banda ancha fija GVT y ser líder del mercado. En este sentido, la «teleco» mantiene su apuesta por el país. «Si bien la economía brasileña no va a ayudar a corto plazo, gracias a la inercia de nuestra filial vamos a crecer en el país», dijo a finales del mes pasado el consejero delegado del grupo, José María Álvarez-Pallete, quien matizó que a diferencia de la crisis que ya vivió el país en 2002, ahora Brasil cuenta con una clase media que no tenía antes. «Hay factores de la crisis de los que no vamos a escapar, como de la morosidad, pero no vamos a cambiar planes de inversión a medio plazo, porque somos muy optimistas», insistió.

Es prácticamente el mismo argumento que se maneja en el Santander, que hace tres años fijó Brasil, su segundo mercado después de Reino Unido, de preferencia absoluta para el banco. La entidad presidida ahora por Ana Botín, que cuenta allí con 31,8 millones de clientes, 2.255 oficinas y 50.245 empleados y una cartera crediticia de 75.902 millones de euros, considera que pese a la actual recesión Brasil sigue siendo una de las principales potencias del mundo y con potencial para crecer por ser un mercado con más de 200 millones de consumidores.

Calma también en Moncloa

El propio Gobierno de Mariano Rajoy, pese a admitir ayer que la situación de Brasil no es positiva para España al ser un país importante desde el punto de vista de la inversión directa, llama a la calma. Según fuentes del Ejecutivo, las inversiones de este tipo son a largo plazo y ahora toca soportar un ciclo negativo. «Ya vendrán tiempos mejores», resumen, expresión en la que coinciden las empresas consultadas.

Tranquilidad también en Iberdrola, que facturó en el país en 2014 un total de 1.588 millones de euros, el 5,2% del total de ingresos del grupo, y ha comprometido una inversión de 4.000 millones de dólares en Brasil en los próximos tres años. La compañía se aferra, sobre todo, al hecho de que el energético en un negocio regulado, a lo que hay que sumar el aumento de tarifas recientemente aprobado.

Al contrario, Abertis viene de provisionar este verano 260 millones para protegerse de los riesgos macroeconómicos del país y la posible pérdida de valor de su filial, Arteris, que factura unos 845 millones anuales, el 18% del total, y registra un tráfico de 18619 vehículos por día en sus autopistas. Ahora bien, el grupo ve incluso oportunidad por cuanto el Ejecutivo de Rousseff tendrá que recurrir a la colaboración privada en materia de infraestructuras para dar un alivio a las arcas públicas.

Otra compañía muy expuesta en el país carioca es Mapfre, pues Brasil le aporta 5.553 millones en primas, el 23,2%, siendo su segundo mercado. Repsol hizo en 2014 una inversión neta de 383 millones y el incremento de la producción le compensó la caída del precio del crudo. Sacyr suma 635 millones en proyectos, casi el 22% de sus ingresos. Gas Natural Fenosa, por su parte, registró un ebitda de 300 millones, el 6% del total de la multinacional. Y Dia está presente con 799 tiendas y 7.613 empleados y factura allí 1.729 millones, más del 18% de su cifra de negocio, siendo por tanto su segundo mercado más importante.

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