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Vídeo: El tercer oro del piragüismo español

Río 2016 | PiragüismoSaúl Craviotto, policía, padre y kayakista

El catalán ha logrado su tercer metal en unos Juegos Olímpicos en el K2 200. Aún le queda competir en K1 200

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La vida de deportistas individuales en disciplinas poco mediáticas transcurre entre la gloria y el olvido. El piragüista Saúl Craviotto Lérida, 1984— conoce bien estas circunstancias. Policía nacional, además de padre y cuádruple medallista olímpico, es cada cuatro años cuando la repercusión mediática de su nombre se multiplica exponencialmente. A sus 31 años, a este bigardo catalán —1,92 metros de altura y 98 kilos de peso basados en una generosa masa muscular— le gustaría que en España hubiera más cultura de piragüismo, así como de otros deportes. Por ello no es raro que no se le reconozca por la calle fácilmente con el uniforme policial.

Sin llegar al nivel del gallego David Cal, ya retirado, es uno de los ilustres del deporte olímpico nacional.

La primera presea que logró fue en el K-2 500 metros, en su debut, en Pekín 2008 y junto al asturiano Carlos Pérez Rial, más conocido como 'Perucho'. La segunda fue en Londres 2012y en el K-1 200 metros, después de un trabajo de preparación durante ese ciclo de cuatro años para adaptarse a una distancia más corta, a un esfuerzo mucho más anaeróbico. Además, en un palmares envidiable, atesora siete podios en Mundiales y cuatro en europeos, y en la última cita olímpica fue el abanderado español en la ceremonia de clausura.

Pese al respaldo de las becas del ADO y de espónsores como Reebok, Craviotto no desarrolla una vida de deportista profesional. Saca tiempo para compatibilizar su labor de policía—incluso oposita para ser oficial—, el cuidado de su hija y los entrenamientos —remar, bicicleta, carrera, gimnasio—, a los que dedica unas cinco horas diarias de lunes a sábado. El escenario en el que practica con la piragua suele ser el embalse de Trasona —Avilés, Asturias—, aunque en verano suele ejercitarse en Sevilla.

La clasificación para sus terceros Juegos la consiguió no sin ciertos apuros en el Preolímpico de Dusisburgo —Alemania—, de la misma forma que como logró el pase en 2008 y 2012, ya que en el Mundial de Milán un error le condenó a quedarse fuera de los ocho primeros. Participará en el K-1 200 y en el K-2 200 metros, en una embarcación de equipo, junto a Cristian Toro. Suceda lo que suceda en Río de Janeiro, Cravioto no se pone fecha de retirada. Su sueño es estar en Tokio en 2020, ya con 35 años.

Craviotto se casó en 2013 en Gijón con la interiorista asturiana Celia García Álvarez, y como detalle curioso, la petición de boda a su futura esposa la hizo en Londres 2012 paseando por Picadilly Circus. Sus amigos le regalaron una piragua de cuatro metros compuesta de gominolas el día de la celebración. El kayakista ilerdense se declara amante de la naturaleza, el senderismo, el cine y salir con los amigos, y toma como referente en el deporte español a Rafa Nadal.

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