Fernando Alonso, durante el GP de Abu Dhabi
Fernando Alonso, durante el GP de Abu Dhabi - McLaren Media
Mundial 2016

El motor de Honda, el problema de Alonso

La fiabilidad y la potencia del propulsor japonés han castigado al McLaren durante toda la temporada

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Concluye el Mundial de Fórmula 1 y la pregunta sobrevuela en cualquier conversación. ¿Qué le ha pasado a Alonso? ¿Por dónde se ha escapado su fuerza competitiva? ¿Tiene remedio el desastroso rendimiento del McLaren- Honda? Las visiones futuristas no tienen respuesta. La clave del fiasco del español parece evidente a los ojos de los sabios de la Fórmula 1: ha fallado estrepitosamente el motor Honda y no el chasis del coche McLaren.

McLaren es a la Fórmula 1 lo que el Real Madrid o el Barcelona al fútbol. Líder mundial. Es la segunda escudería con más éxitos (12 Mundiales, 50 temporadas, 780 carreras…) por detrás de Ferrari. Honda es uno de los mayores gigantes del sector del automóvil e inquilino habitual de la F1 (5 títulos, 25 temporadas, 359 carreras).

Pero es discontinuo. Ha entrado y ha salido de la competición en ciclos diversos. Este año regresó a la Fórmula 1 para formar sociedad con McLaren. Dos multinacionales que se han fusionado en un proyecto común y del que ha salido peor parado el fabricante asiático.

En la Fórmula 1 los planes no se consuman de un día para otro. La inversión en tecnología y desarrollo, la ausencia casi total de entrenamientos fuera de los grandes premios y la falta de conocimiento del sector de la F1 de los ingenieros japoneses de Honda provocaron que la evolución del motor fuese muy lenta. Honda empezó desde cero en su primera aparición en el coche, en febrero en Jerez, mientras el resto de las escuderías con motor propio (Mercedes, Ferrari…) llevan años trabajando con la normativa técnica actual impuesta por la Federación Internacional (FIA). Mercedes, que ahora domina, abruma y aburre a la competencia, estuvo cuatro años sin ganar prácticamente nada, a pesar de que contaba al volante con el eterno campeón Michael Schumacher.

Motor pequeño

En el trabajo de equipo para montar el coche, se pidió a los ingenieros de Honda que el motor fuese pequeño para poder encajarlo en el compacto y «delgado» monoplaza que había diseñado Peter Prodromou, el jefe de ingenieros de McLaren. Y por ahí empezó el problema.

La unidad de potencia de Honda tiene un sector convencional, el motor térmico o ICE, y un sector eléctrico, que genera energía adicional al motor térmico en forma de potencia, caballos, velocidad en la pista… La parte eléctrica tiene dos componentes, el MGU-K y el MGU-H, que almacenan la energía adicional a partir de las frenadas en una batería. Ésta proporciona potencia y velocidad al coche. Estos componentes son los que no han funcionado correctamente o se han estropeado y han penalizado al McLaren frente a los otros coches de la parrilla.

El diagnóstico de expertos en la materia no deja lugar a la duda. «Lo que ha fallado en el McLaren es el motor y no el chasis», declaró a ABC Iñaki Rueda, el ingeniero madrileño de Ferrari. Lo mismo piensa Fernando Alonso, quien se pronunció con contundencia en el único gran premio donde levantó la voz en un año aciago, Japón. «Tenemos un déficit de potencia pura de motor y de los sistemas de recuperación de potencia a partir de los dispositivos eléctricos del motor híbrido. Tenemos trabajo por delante, de potencia de motor, eficiencia, fiabilidad, estabilidad...».

La consecuencia de todo ello se ha plasmado en las carreras. El McLaren se ha defendido en los circuitos revirados, lentos y de muchas curvas (Mónaco, Singapur) porque no exigían velocidad punta y ha padecido en todos aquellos que acogen largas rectas (China, Monza, Austria). «Soy optimista respecto a que podamos hacer un buen progreso en invierno», dice Alonso.

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