Cádiz CF

Brindemos

Por tanto sufrimiento, por Lugo, por Hospitalet, por Miranda de Ebro, por el Mago, por todos...

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ranko Despotovic celebra con la afición el ascenso.
Ranko Despotovic celebra con la afición el ascenso.

Porque la suerte no siempre ha de resultar esquiva y porque el fútbol, tan voluble e ingrato, hace tiempo que nos la debía. Por los que siempre creyeron en el éxito y por los que se convencieron de él a última hora. Por tantos desvelos y decepciones sufridas. Por Hospitalet, por Lugo, por Oviedo, por Miranda de Ebro, por el Castilla, por Bilbao. Por los que, domingo tras domingo, acuden imperturbables al Carranza para alentar al equipo de sus amores. Por los esporádicos, por los recientes y por los que llevamos más de cuarenta años ininterrumpidos como socios de este equipo. Por los cadistas de aquí, por los cadistas del mundo y por todos los que se fueron y no han podido difrutar de esta explosión de algarabía.

Por todos los jugadores que entregaron su esfuerzo para alcanzar la meta, aunque finalmente se les escurriera entre las manos. Por los fubolistas que, a lo largo de sus cien años de vida, han lucido con orgullo el escudo de nuestro Cádiz. Por la exquisitez de Carvallo, por la brujería del Mago, por la clase de Pepe Mejías. Por las olas que acarician la ciudad y arrullan de azul el oro ardiente de sus playas. Por el desabrido levante que la reseca y el umbrío poniente que la humedece. Por sus tres mil años de historia, sus fenicios, sus romanos, sus genoveses, sus franceses, sus emigrantes rurales y sus chicucos. Porque tres mil años no son nada. Por la súbita alegría que ha envuelto a esta ciudad y ha teñido de amarillo la mueca feliz de su sonrisa. Por el agua bendita de la fuente de Puertas de Tierra. Porque el fúbol español será mucho más animado y menos sombrío contando con el Cádiz en Segunda. Porque nunca más conozcamos las tenebrosas ciénagas de esa maldita categoría. Por el abrazo con que me envolvió mi hijo al finalizar el partido de Alicante. Por las lágrimas derramadas…por el llanto final de alegría, alcemos todos los cadistas unidos la dulce copa del ascenso.

Ver los comentarios