Cádiz CF

Algo más que pelea

Las nuevas incorporaciones deben ponerse a tono porque el equipo les necesita

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Güiza discutió con jugadores del Mallorca.
Güiza discutió con jugadores del Mallorca.

Con un ambiguo sabor agridulce y un indisimulado halo de creciente preocupación, salía el pasado domingo del estadio Carranza la multitud ingente de aficionados cadistas que acudió feliz y solícita, a la festiva cita del reencuentro con la Segunda División.

Incondicional muchedumbre amarilla que cubrió de colorido el inmenso graderío y que celebró con la pasión y con la peculiar alegría que la caracteriza el debut en casa de su equipo. Bello espectáculo ofrecido por la afición, que hasta superó en asistencia al resto de estadios de la categoría y no paró de transmitir energía y calor a los jugadores.

Pero a los pocos minutos de comenzado el duelo contra el Mallorca y a medida que se contemplaba, cada vez con mayor evidencia, que los futbolistas locales se mostraban incapaces de enhebrar jugada alguna de ataque, una general sensación de desasosiego fue apoderándose del esperanzado ánimo de la hinchada.

Se aproximaban los 30 primeros minutos de juego y las estadísticas de la posesión de balón ofrecían cifras escandalosas: 33% para el Cádiz y 77% para el Mallorca. Datos que, por sí solos, dictaminan que muchas cosas deben cambiar en este equipo recién ascendido si pretende no pasar apuros ni fatigas para mantener la categoría que tanto esfuerzo le costó alcanzar.

Bien es cierto que impera un exhaustivo orden defensivo y que la capacidad de lucha y de sacrificio que muestran los once futbolistas sobre el campo son dignos del más encendido elogio. Pero correr tras el balón durante tantísimos minutos en un partido se antoja contraproducente y sólo puede acarrear cansancio, inhabilitación para crear situaciones ofensivas, sobrecargas musculares, dudas sobre la propia capacidad y, a la postre, fisuras inevitables en el entramado defensivo. Aspecto éste sobre el que tenemos la funesta experiencia reciente en los dos goles encajados, ocasionados por sendos episodios puntuales de despiste en la defensa.

Cuarenta y dos partidos de liga constituyen un número demasiado elevado de compromisos para afrontarlos desde el reconocimiento explícito de una manifiesta inferioridad técnica respecto al rival. Que las nuevas incorporaciones se pongan pronto a tono porque el equipo necesita, de manera urgente, ofrecer algo más que la pelea.

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