Artes marciales mixtas

Así es Miesha Tate, la nueva reina del UFC

Trabajaba en un McDonalds cuando le llegó la oportunidad de ser profesional de la lucha. Su pelea con Ronda Rousey vale ahora millones

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Miesha Tate, nacida en la localidad porturaria de Tacoma (Washington) hace 29 años, llegaba como víctima propicia a la primera defensa del título de Holy Holm en el peso gallo del Ultimate Fighting Championship. Su irregular trayectoria en un campeonato que no admite medias tintas y la creciente pujanza de Holm tras destronar a Ronda Rousey hacían decantar la balanza claramente a favor de la campeona.

Pero a la hora de la verdad Tate demostró una increíble fortaleza para plantar cara a Holm y conducirla hasta la derrota en la pelea más larga de la historia femenina del UFC.

El combate se definió en el quinto asalto a favor de Tate después que colocar una llave de pie y por la espalda a Holm.

Cuando su rival intentó zafarse, decidió apretar más en la garganta. Holm se desvaneció y pareció quedar inconsciente por la llave de estrangulamiento que le aplicó Tate.

Este triunfo otorgó el cinturón de campeona a Tate y dejó sin luchadoras invictas a la categoría más mediática de las artes marciales mixtas. Ahora Tate queda con una marca de 18 victorias y cinco derrotas, dos de ellas ante la que debe ser su gran rival en la defensa por la corona, Ronda Rousey.

Rousey es, de hecho, la última luchadora que derrotó a Tate, en diciembre de 2013 y también con el cinturón mundial en juego. La animadversión entre ambas es pública y notoria, con descalificaciones y comentarios más allá de una rivalidad normal, lo que convierte a esa futura pelea en un evento multimillonario.

Una de las grandes bazas de la nueva campeona es la experiencia. No en vano lleva en el mundo de la lucha desde los 19 años, cuando al proclamarse campeona estatal de lucha del estado de Washington en la escuela secundaria le hizo plantearse un futuro como profesional. En 2010 ya fue campeona en el Strikeforce, el circuito que precedió al UFC. Hasta ese éxito, Tate se ganó la vida trabajando en un McDonalds y como empleada de Costco, gigante estadounidense de la distrubución al por mayor. En esos años llegó a vivir en una caravana aparcada a la puerta del gimnasio en el que entrenaba junto a su novio y mánager, el también luchador Bryan Caraway.

Esos inicios modestos, en los que llegar a fin de mes eran una odisea, coinciden con los de Ronda Rousey. Ahora, la tercera pelea entre ambas les reportará millones.

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