La etapa más terrible jamás diseñada

A «Purito» Rodríguez, que es vecino de Andorra, le pidieron las autoridades turísticas del Principado que diseñara una etapa de la Vuelta. Al gusto. Solo le pusieron una condición. «Que se disputara íntegra en territorio andorrano», contó el corredor catalán ayer, primer día de descanso de la ronda y víspera de la «bestial» etapa de hoy: cuatro puertos de primera, uno de segunda y final en la cima de categoría especial de Cortals d’Encamp. Y todo en 138 kilómetros. «No tiene ni un metro llano. Así es Andorra», señaló «Purito». Conoce tan bien el trazado que le ha cogido miedo. «Lo he hecho tres veces y las tres he terminado cascado». Andorra quería una etapa para la historia.

La de hoy. La que «Purito» diseñó a su medida: corta y a rebosar de dinamita.

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«El público va a disfrutarla», anunció. «Es tan dura que no habrá sorpresas. Estarán arriba los mejores, Froome, Quintana, Valverde, Aru, Landa...». ¿Y Dumoulin? «Todo el mundo dice que se le va a hacer muy cuesta arriba, pero cuidado. Es joven. Todos los campeones empiezan así. Siempre hay una primera vez». «Purito», que es segundo en la general, no se fía de Dumoulin, líder con 57 segundos sobre el corredor catalán. «Uff. Para mí sería un sueño ganar esta etapa», saboreaba de antemano. Está en casa. Podría recorrer los puertos a ciegas. «Solo la bajada de la Gallina es técnica. También es la subida más dura», describió.

«Va a ser uno de los días más duros que se han visto en el ciclismo». Echaba leña al fuego. Comparó esta etapa con la que Mikel Nieve ganó en el Giro de 2011 en Val di Fassa. Entonces, los ciclistas estuvieron siete horas sobre la bicicleta. Hoy todo será más breve, más explosivo. «Y viene después de la jornada de descanso, lo que favorece que haya sorpresas». «Purito» perdió en un día así, justo tras una jornada de tregua, la Vuelta a España de 2012, la que Contador reclamó y mereció con aquel ataque suicida camino de Fuente Dé. «Hoy sí he salido a rodar un poco», se apresuró a aclarar ayer. En 2012 se confió. No tocó la bici durante el día de descanso y lo pagó. Le costó la Vuelta. Sabe que ha perdido esa ronda y también el Giro que le birló Hesjedal en la crono final. Hoy saldrá a reclamar su etapa.

«Es bestial», coincidió Valverde. Más de 5.000 metros de desnivel en 138 kilómetros. Anda Valverde con un ala tocada. Le chirría la bisagra del hombro zurdo, dolorido tras la caída del domingo. «Pero no hay excusas. Somos dos, Nairo y yo, para pelear por la Vuelta». A Nairo, a Quintana, le gusta la forma de dibujar etapas que tiene «Purito». «No me puedo quejar del trazado. La montaña me llama. Ya sólo falta que la fuerza me acompañe». El lema de «La Guerra de las Galaxias». Contra el Imperio, contra todas la montañas de Andorra metidas en el menor número de kilómetros posible. Quintana, como Froome, nota el peso del Tour. Y, como el británico, intenta ignorar ese desgaste. «Somos dos, Alejandro y yo, y eso nos dará ventaja. Aunque ambos hemos corrido el Tour y quizá tengamos que ir algo más a la defensiva», señaló. Andorra es la etapa clave. «Espero que al acabarla pueda mandarle un mensaje de agradecimiento a ‘‘Purito’’ por hacerla así de dura», bromeó.