Raimon: «Me voy amando mi oficio y al público»

Si es verdad que siempre es mejor una retirada a tiempo que una derrota, Raimon ha querido adelantarse a los acontecimientos y despedirse precisamente ahora que su voz aún tiene fuelle y que, asegura, incluso se llega a gustar en ocasiones. «Como dicen los italianos, quería 'finire in belleza'», sostiene el cantautor valenciano, que el próximo mes de mayo se apeará definitivamente de los escenarios con una tanda de doce recitales en el Palau de la Música de Barcelona.

Doce noches para despedirse de sus seguidores, «complacer» a su público y dejar el mejor recuerdo posible. «Es mejor dejar un buen recuerdo y no que la gente diga 'qué mal estaba, tendría que haberse retirado ya'», sostiene el autor de «Al vent», uno de los grandes renovadores de la Nova Cançó de los años sesenta.

En realidad, el de Xàtiva ya ha empezado a despedirse del público de su tierra con una gira valenciana que concluirá a mediados de diciembre en Valencia, pero la cita con Barcelona. «El lugar, mi lugar, es Barcelona, donde me han hecho como cantante. Es la ciudad en la que me he hecho como profesional, donde desde el primer día obtuve una respuesta transversal», explica.

Tampoco es casualidad que el Palau de la Música sea el escenario escogido para acoger estas doce actuaciones: el recinto modernista ya le ha visto actuar en más de cuarenta ocasiones desde que debutó en solitario en 1967. Ahora, cincuenta años después, el autor de «Som» cerrará el círculo con tanda de conciertos que, entre el 5 y el 28 de mayo, prevé reunir a cerca de 24.000 personas.

«Me voy amando mi oficio y al público que me ha seguido, y creo que he sido honesto y fiel a mi gente y a mi lengua, que no es hegemónica, pero es la mía y no la he abandonado nunca», subraya Raimon, para quien su despedida tiene tanto que ver con su parsimonia a la hora de trabajar -«entre mi último disco y el anterior pasaron 11 años y dentro de 11 años yo tendré 87, así que no me veo a esa edad por el mundo presentando un disco», apunta- como con asuntillos más prosaicos como las incomodidades propias de las giras. «Comer fuera de casa, dormir en hoteles que quizás son ruidosos o no tienen la almohada adecuada...», ilustra.

Pese a que el adiós es definitivo e irreversible, el cantautor no cierra la puerta a que una hipotética grabación en directo de esta gira de despedida incluya dos o tres canciones nuevas que ya tiene listas. Con todo, el autor de «Jo vinc d'un silenci» prefiere «no hacer futuribles», no vaya a ser que cometa el mismo error que «esos políticos que prometen cosas que después no cumplen» .