Peter Stamm, a su paso por Barcelona
Peter Stamm, a su paso por Barcelona - INÉS BAUCELLS

Peter Stamm: «Lo interesante de la literatura es que nunca encuentras respuestas»

El escritor suizo reflexiona sobre la identidad en «Noche es el día»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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A Peter Stamm (Weinfelden, 1963), uno de los autores más celebrados de la narrativa en alemán, cuesta verlo con los mismos ojos después de ese delirante relato titulado «Navaja suiza» que le dedicó el escritor catalán Jordi Nopca, pero el autor de «Agnes» y «Paisaje aproximado» sigue a lo suyo, acercándose con ademanes quirúrgicos a esos temas universales a los que nunca encontraremos respuesta y podando meticulosamente las páginas de sus novelas para erigirse en un auténtico prodigio de la contención narrativa. En esta ocasión, el autor suizo reaparece con «Noche es el día» (Acantilado), reflexión sobre la identidad en la que Gillian, una exitosa presentadora de televisión especializada en temas culturales, sufre un terrible accidente de tráfico y deja de ser ella para convertirse en otra persona.

«Me empecé a preguntar hasta qué punto nuestro interior se transforma si lo hace también nuestro exterior -explica Stamm-. Es un enigma ver cómo una persona va cambiando entre los doce y los ochenta años y, sin embargo, la imagen que tiene de sí misma siempre será la misma. Es por eso que necesitaba un personaje que de un día a otro cambiase físicamente».

¿Y por qué una mujer? ¿Ayuda a explorar mejor la idea de identidad?

Tiene que ver sobre todo con el tema de la apariencia exterior. Hay que tener cuidado con esto, pero en mi generación las mujeres son probablemente aquellas que piensan más en el exterior, en su aspecto. Ahora ya no es tanto así, pero en mi generación sí que ocurre.

¿Diría que sus sus novelas pueden leerse como una radiografía de la sociedad europea contemporánea?

Sí, porqué no. Nunca he entendido la literatura como una forma de entretenimiento; es un instumento de conocimiento. Mi editora americana antes dirigía una editorial especializada en psicoanálisis, y lo dejó para editar únicamente literatura, ya que cree que hay más verdad en la literatura que en todos esos libros que publicaba antes. No es una ciencia exacta, pero ayuda a entender cosas.

Es curioso que diga esto, ya que la imagen que se da en el libro de la cultura y de los escritores, siempre a través de la televisión, es algo banal.

En Suiza es así, es cierto. Hay que decir que la televisión es un medio más bien tonto. No sé cómo son las emisiones literarias aquí, pero en Suiza cuando existen son más espectáculo que otra cosa. Una vez, por ejemplo, me tocó hacer una entrevista en un campo de girasoles. Además, hacer tomas de televisión implica hablar dos minutos y estar tres horas posando, así que es algo que uno no se puede tomar en serio.

Hay un momento del libro en el que Gillian asegura que a todos aquellos escritores que se quejan por no salir en los programas de televisión les diría que escribieran mejores libros. ¿Es una opinión compartida?

En cierto modo sí, ya que me doy cuenta de que hay muchos autores más interesados en el márketing de sus libros que en la calidad.

¿Cómo se relaciona esta idea de la identidad con el hecho de ser suizo, escribir en alemán…? ¿Existe conexión?

La identidad es un tema universal, pero ya escribí una vez que Suiza tiene un probema de identidad. Hacemos ver que somos la democracia más antigua pero somos un país muy mezclado, somos pequeños, tenemos muchos idiomas, un cuarto de la población es extranjera… Por eso tenemos esa necesidad tan fuerte de definirmos, pero es algo que muchas veces se aparta de la realidad. El suizo como campesino es una tontería, así que la imagen que tenemos de nosotros mismos es una invención. Nuestros héroes nacionales son Guillermo Tell, que nunca vivió, y Heidi, que tampoco vivió. Nuestra historia es fruto de una invención.

En este libro aborda la identidad, en el anterior, «Siete días», el tema era la incomunicación… ¿Qué hay que esperar de Peter Stamm en el futuro?

Hay una novela más, que ya ha salido en alemán, y le he dedicado a Jaume Vallcorba, pero no sabría decir cual es el tema. ¿Tal vez la muerte? ¿O imágenes de personas? Ahora estoy trabajando en otro libro, pero no puedo decir gran cosa. Sólo que va ser la historia de un doble. Todos tenemos nuestros temas. Lo interesante de la literatura es que nunca encuentras respuestas, siempre es un acercarse, acechar y dar vueltas, por lo que uno puede dedicarse a los mismos temas sin aburrirse

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