«Yeah Yeah Yeahs London», de Pat Graham. «Instrument» es su exposición en el Centro de Historias (Zaragoza)
«Yeah Yeah Yeahs London», de Pat Graham. «Instrument» es su exposición en el Centro de Historias (Zaragoza)
LIBROS

Leer para escuchar, la virtuosa conexión

De la crítica pérfida a la canción de amor, de la ópera al cuplé, de Bach a Céline Dion... Las publicaciones sobre música tocan todo tipo de teclas y ratifican la excelente salud del matrimonio entre el libro y el mundo de los sonidos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Música y libro forman, en la actualidad, un binomio acaso más rentable que el de música y disco, muy mermado por la piratería digital. La cuantía y variedad de títulos lo confirma: desde el ensayo hasta el género de la (auto)biografía, la música corteja la palabra, busca en el papel escrito una prolongación de la escucha que la explique, la impulse o la analice.

Un libro que rezuma mala leche, pero que se derrite en la boca como un caramelo, es el « Repertorio de vituperios musicales» de Nicolas Slonimsky (Taurus). El autor ha recopilado dos siglos de ataques y críticas demoledoras aparecidas en la prensa contra los más grandes compositores. Opiniones pérfidas, discutibles pero también agudas, que nos reconcilian con nuestros límites: si pusieron a caldo al mismísimo Beethoven...

La historia de la ópera en la primera mitad del siglo XX es el tema del amplio estudio de Santiago Martín Bermúdez, « El siglo de Jenufa» (Ediciones Cumbres), culminación del interés del autor por una época histórica de la que es profundo conocedor. Las peripecias del género lírico a lo largo de cinco décadas se entremezclan con los acontecimientos de un período turbulento y dramático en una reconstrucción pormenorizada.

Bach y Fellini, con erotismo

Tres en uno es la oferta de la editorial Mishkin, que reúne en una sola publicación dos históricos ensayos filosófico-musicales: el «Bach» de Wilhelm Dilthey y «El erotismo musical» de Soren Kierkegaard (este último sobre el «Don Giovanni» de Mozart), con la guinda audiovisual de la película de Fellini, «Ensayo de orquesta».

¿Por qué nos gusta la «música de mierda»?, se pregunta el crítico Carl Wilson. A partir de una reflexión sobre las canciones de Céline Dion, Wilson emprende un estudio sobre el (mal) gusto en la música, sobre cómo la frontera entre lo óptimo y lo pésimo es ambigua y cambiante, sobre lo invasivos que son nuestros prejuicios, sobre el lado hortera y empalagoso que todos llevamos dentro (y no queremos reconocer). De todo esto, y más, habla su interesante ensayo « Música de mierda» (Blackie Books).

Amor y música siempre han ido de la mano. Lo sabían los trovadores, y otros antes que ellos. Ted Gioia ha reconstruido el papel trascendental que la canción de amor ha jugado en las sociedades humanas desde los antiguos ritos de fertilidad hasta la inundación reciente del pop. Un tema que el autor reconstruye con su acostumbrada habilidad y documentación en « Canciones de amor. La historia jamás contada» (Turner).

¿Por qué nos gusta la «música de mierda»? Carl Wilson nos habla del lado hortera y empalagoso que todos llevamos dentro

Fiel a su vocación musical, la editorial Fórcola propone las sabrosas crónicas de Julio Camba sobre el panorama de la música ligera de su época, recopiladas bajo el título de « Tangos, jazz-bands y cupletistas». De inminente publicación, pero a tiempo para la Feria, llegan las memorias de Elvis Costello, « Música infiel y tinta invisible» (Malpaso). El libro viene precedido por una avalancha de elogios de la crítica inglesa.

La mirada poética sobre el significado de la música, su relación con el silencio, la idea u otras artes, centra el segundo volumen de las prosas de argumento musical de Gerardo Diego. « Prosa musical II: Pensamiento musical» (Pre-Textos) es un exhaustivo conjunto de textos que ilumina la vertiente más musical del gran poeta. Sonido y literatura se hermanan también en el trabajo de investigación de Pedro Schlueter, « Pérez Galdós y la música» (Clave Intelectual).

Mozart mola

Al rescate de la música clásica acuden dos publicaciones pensadas para aquellos que la miran todavía con temor y recelo. En « Mozart mola y Bach todavía más» (Duomo ediciones), Matteo Rampin y Leonora Armellini recurren a un lenguaje ameno y al gancho de la anécdota entretenida para mostrar al lector que, en música, lo serio no es sinónimo de pesado. En la misma línea, y con más guasa aún, se sitúa el libro de Máximo Pradera, « Tócala otra vez, Bach» (Malpaso), que cuenta con el atractivo añadido de un disco compacto con una selección de piezas desde Albinoni hasta Gershwin.

Se publicaron a finales del año pasado, pero quienes no se hicieron con ellos en Navidades tienen una nueva oportunidad ahora. « Leningrado. Asedio y sinfonía», de Brian Moynahan (Galaxia Gutenberg), es un brillante diálogo entre Música e Historia con la Segunda Guerra Mundial y la Rusia de Stalin y Shostakovich como telón de fondo. La segunda propuesta requiere estómagos fuertes. En « Instrumental. Memorias de música, medicina y locura» (Blackie Books), el pianista James Rhodes hace una cruda reconstrucción de su descenso al infierno –abusos sexuales sufridos de niño, drogas, trastornos mentales– y de su posterior resurrección gracias a Bach. Un himno al poder terapéutico de la música.

Ver los comentarios