Eduardo Costantini
Eduardo Costantini - ERNANDO GUTIÉRREZ

Eduardo Costantini: «El coleccionista es un enfermo sin solución»

La Academia de Bellas Artes acoge una exposición con 13 obras del gran coleccionista argentino, incluida «Baile en Tehuantepec», de Diego Rivera, que compró por 15,7 millones de dólares, récord para una obra de arte latinoamericano

Madrid Actualizado: Guardar
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El gran coleccionista argentino Eduardo Costantini (Buenos Aires, 1946), uno de los más poderosos de América Latina, recogerá el martes uno de los premios «A» al coleccionismo, que concede la Fundación ARCO. El empresario -hizo su fortuna en el mercado inmobiliario y financiero- donó más de 200 obras en 2001 para la creación del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), un referente internacional, que dirige el español Agustín Pérez Rubio. Allí recibió a un grupo de medios españoles, entre ellos ABC. Para él, «el coleccionismo es una droga y el coleccionista, un enfermo sin solución».

Eduardo Costantini, el año pasado en Nueva York, junto a «Baile en Tehuantepec», de Diego Rivera, que compró por 15,7 millones de dólares
Eduardo Costantini, el año pasado en Nueva York, junto a «Baile en Tehuantepec», de Diego Rivera, que compró por 15,7 millones de dólares - MALBA

Acabó eligiendo a Frida...

—Sí, tenía un amor especial por esa obra. Pero siempre me quedó la curiosidad y el deseo de poder adquirir también el Rivera.

Comprarlo supuso un esfuerzo financiero grande. También una reafirmación del compromiso con el arte latinoamericano. Creo que va a ser otra de las fortalezas de la colección, como el «Retrato de Ramón Gómez de la Serna», de Rivera. En su momento pagué por él más que por el Frida Kahlo.

¿Qué espera usted de ARCO? ¿Habrá un antes y un después para el arte argentino?

—Es muy importante para Argentina que haya sido elegido país invitado en ARCO. Le va a hacer muy bien al arte de este país. Es un paso muy importante en el camino. Pero hay que dar muchos pasos más. Este es uno de ellos. Lo veo con mucho optimismo.

¿Ha comprado en ARCO?

—Sí. A veces voy a ferias, otras compro en galerías, en subastas por teléfono...

¿Qué está buscando ahora?

—Nunca se sabe. Eso es también lo lindo del coleccionismo. Que a veces aparece una pieza inesperada.

¿Recuerda cuál fue su primera compra?

—Quise comprar un Antonio Berni. Yo era muy joven y no tenía dinero para comprarlo. La dueña de la galería me permitió adquirir en cuotas otros cuadros de dos artistas argentinos. Cuando tuve más posibilidades económicas una de las primeras que compré, al hijo de Berni, fue una pieza antológica de su padre: «Manifestación». Aborda el impacto de la crisis del 30 en Argentina. Es una obra muy significativa. Después seguí comprando obras de Berni. El MALBA tiene siete.

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