El Sol, vigilado por el satélite SDO, sufre una erupción (en el lado derecho de la imagen)
El Sol, vigilado por el satélite SDO, sufre una erupción (en el lado derecho de la imagen) - NASA/SDO

Estados Unidos se prepara para luchar contra las peligrosas tormentas solares

La NOAA comenzará este mes a publicar un sofisticado pronóstico del tiempo espacial que incluirá el riesgo de cada región de sufrir las consecuencias de una erupción solar

MADRID Actualizado: Guardar
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La historia del Sistema Solar deja claro que es cuestión de tiempo que ocurra una catástrofe que afecte a la Tierra. Esta puede viajar por el espacio en forma de asteroide, o nacer en las entrañas del Sol y adquirir la categoría de erupción solar. En realidad no se sabe mucho acerca de las consecuencias que podría tener una de estas grandes tormentas, pero se sabe que como mínimo afectaría a los satélites y a las redes eléctricas de la superficie. El mundo podría quedar sumido en un apagón, ¿temporal? ¿local? Nadie lo sabe.

Los científicos saben que existe este riesgo, así que trabajan en desarrollar aparatos y ecuaciones que puedan predecir «el tiempo espacial» y la llegada de energía dañina proveniente del Sol.

Su principal objetivo es preparar la respuesta de los satélites y las redes eléctricas, y aprender más sobre cómo se comporta el Sol. Tal como ha publicado Nature este martes, la Administración Océanica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) cambiará su estrategia este mismo mes. Y, gracias a un nuevo modelo matemático, comenzará a publicar su pronóstico del tiempo espacial a corto plazo.

Eyección de masa coronal en el Sol, ocurrida en 2012 y no dirigida contra la Tierra
Eyección de masa coronal en el Sol, ocurrida en 2012 y no dirigida contra la Tierra - NASA/SDO/GSFC

«Esta es la primera vez que conseguiremos estas predicciones a corto plazo de los cambios que podrá haber sobre la Tierra», ha dicho en NatureBob Rutledge, investigador de la NOAA. «Podremos decirle al dueño de una red eléctrica no solo que será un mal día, sino algunas ideas de lo que se va a encontrar realmente».

En 1989 una erupción solar apagó toda la red de Hydro-Québec durante horas, dejando a millones de personas a oscuras. En 2003, se perdieron transformadores en Sudáfrica y hubo problemas en una central nuclear de Suecia. Pero si se sabe lo que va a ocurrir, en teoría se puede redirigir el suministro para evitar sobrecargas, al menos hasta cierto punto.

El problema es que en el futuro podrían ocurrir erupciones solares más potentes con consecuencias más preocupantes. Podría repetirse un evento Carrington o incluso se podría sufrir una erupción miles de veces mayor.

El nuevo pronóstico del tiempo tiene una ventaja. Mientras que antes la NOAA informaba del riesgo global a causa de la actividad magnética del Sol, ahora se trazará un mapa con las áreas más amenazadas en cada momento. No es lo mismo saber que va a haber un huracán en alguna parte del mundo que saber que va a ocurrir en Miami.

Estos problemas ocurren porque cada cierto tiempo el Sol libera al espacio grande cantidades de energía y materia que impactan contra el campo magnético terrestre. No se sabe qué podría ocurrir en el peor escenario posible, pero en varias ocasiones este exceso de energía magnética indujo potentes corrientes eléctricas en la red que llegaron a causar sobrecargas y otros problemas. Durante el evento Carrington, ocurrido en 1859, la sobrecarga energética hizo saltar chispas en los telégrafos y originó auroras boreales en latitudes tropicales. Por fortuna, el mundo no dependía entonces de la energía eléctrica.

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