La banca supedita la ampliación de capital en FCC a la deuda de Koplowitz

El futuro reparto de poder en FCC está en gran medida en manos de la banca, con quien su principal accionista, Esther Koplowitz, arrastra una deuda personal cercana a los 940 millones de euros vencida el 15 de septiembre. Desde entonces, las dos principales entidades acreedoras, BBVA y Bankia, mantienen un tira y afloja con la empresaria para alcanzar un acuerdo que permita refinanciar ese crédito otros cinco años más (hasta 2019).

De lo contrario, a mediados de diciembre pasaría a ser calificado como moroso. Las negociaciones tienen su principal escollo en el volumen de la ampliación de capital que prevé hacer FCC. Su razón original era amortizar uno de los dos tramos de deuda que el grupo de construcción y servicios refinanció en marzo, en concreto el 20% del total: 1.300 millones colocados a un interés alto y que, de no ser devueltos para 2018, permitirían a la banca colocarse como accionista destacada de la empresa.

Koplowitz quiere que el importe de la ampliación no se dispare y aprovechar para, con el dinero que obtendría por vender sus derechos en ella, pagar a sus acreedores. A tal fin estaría dispuesta a diluir su participación en FCC del 50,1% actual hasta un 30%, siempre y cuando logre pactar antes la entrada de otros socios de peso que no amenacen su posición actual de preferencia.

Pero la banca pretende una suma más alta para recuperar más parte de esa deuda, vinculada a la sociedad patrimonial B-1998 donde Koplowitz tiene otros socios minoritarios.