Sociedad

Rajoy atrae a los tuiteros árabes

Twitter elimina las más de 30.000 cuentas falsas que ayer llenaron de medias lunas, barbas y turbantes el perfil de seguidores del presidente del Gobierno

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Los robots que navegan anónimamente por las entrañas de Internet son capaces de que un ciudadano sueco de 53 años escriba 10.000 artículos diarios en Wikipedia o de que la noche a la mañana Mariano Rajoy se convierta en uno de los líderes europeos con más pujanza entre los tuiteros de Oriente Medio. El perfil de presidente del Gobierno en Twitter amaneció ayer salpicado por una misteriosa avalancha de seguidores árabes. En tan sólo 24 horas consiguió engordar su parroquia con más de 63.000 nuevos miembros, la mayoría presuntamente falsos vista la nula actividad, dejando el marcador de followers al borde de los 600.000.

Mientras su apartado seguía luciendo miles de medias lunas, frondosas barbas y algún que otro turbante, desde Moncloa negaban que se hubiese tirado de chequera para aumentar esta estadística, algo que, dígase de paso, es más habitual de lo que uno podría pensar. «Damos la bienvenida a nuestro Twitter a gente real», aseguraban los gestores de la cuenta de Rajoy, que salieron rápidamente al paso con la etiqueta «#NoBots».

Todo para tratar de cortar de raíz un asunto que tenía todas las papeletas para convertirse en la tertulia del día en el nido del jilguero más famoso de la Red. «Se está trabajando para averiguar quién esta detrás de esta extraña campaña. Equipo Twitter MR». Algunas páginas dedicadas a estas mediciones estimaban que el número de seguidores falsos podían llegar hasta el 40%. Sin embargo, estas herramientas suelen dar diagnósticos dispares cuando los guarismos a analizar son amplios, lo que deja en suspenso la fiabilidad de estos resultados.

Las explicaciones, lejos de conseguir reducir el impacto de la noticia, animó a los tuiteros, muy dados a estos debates. La red social no tardó en llenarse de especulaciones hilarantes y teorías de la conspiración resumidas en 140 caracteres, como la de que estas miles de cuentas llegaban justo cuando Pablo Iglesias estaba pisando los talones a Rajoy. El propio líder de Podemos dio pábulo a esta posibilidad.

No obstante, del mismo modo que aparecieron, Twitter hizo desaparecer a unos 30.000 seguidores árabes, con el visto bueno y aplauso del equipo del presidente. Ni rastro de folowers árabes. Ahora parece que sus tuits atraen a otros seguidores -virtuales- que probablemente no entenderán ni papa de español. Porque a media tarde comenzaba el goteo de seguidores que escribían en hindi.