Apuntes

Recortes disfrazados con traje de baño

El cierre de camas que el Servicio Andaluz de Salud decreta cada verano tarda cada vez más en caducar y se prolonga durante el resto del año

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Desde hace más de una década, como una tradición estacional, como las navideñas o las veraniegas, el Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía cierra cientos de camas en los hospitales de la provincia de Cádiz durante los meses centrales del periodo estival. Aseguran los responsables administrativos que los informes hablan de un descenso brusco de la demanda, aunque resulta difícil de creer en una zona en la que varias localidades multiplican su población por varios dígitos durante julio y agosto. El resultado es que la atención que reciben los ciudadanos, los contribuyentes, es sensiblemente peor durante una cuarta parte del año. Pero, como agravante, sindicatos y profesionales denuncian desde 2008 que esas camas que se cierran en julio y agosto cada vez tardan más en reabrir. Que lo hacen ya a finales de septiembre, en otoño e incluso llegan a quedar en desuso todo el año. De esta forma, se disfrazan los recortes como cierre temporal y estival. El deterioro de la atención sanitaria pública queda cubierto de una capa de temporalidad falsa que muestra la cara más hipócrita de la Junta de Andalucía, empeñada en señalar recortes ajenos mientras aplica los propios aunque trate de camuflarlos. Este verano deja en el sistema sanitario público una resaca estival de 270 camas cerradas que los propios trabajadores de los centros consideran un lastre para prestar un servicio adecuado. Los informes que esgrime la Junta dirán lo que quieran pero los usuarios saben que las esperas, las carencias y las disfunciones llevan años en constante crecimiento. Debe de ser lo único en la sanidad.