Una ambulancia llega a la entrada de Urgencias del Puerta del Mar. :: L. V.
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Urgencias, el pasillo caliente

Los colapsos siguen siendo habituales fuera de las épocas de mayor afluencia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La recomendación que hacía el presidente de la Organización Médica Colegial (OCM), Juan José Rodríguez, de sancionar a los pacientes que hicieran un mal uso de las urgencias hospitalarias ha generado polémica. Casi una semana después aún es motivo de discusión entre los profesionales sanitarios que exigen soluciones para este punto caliente. La mayoría reniega de cualquier medida que plantea copago o multa, pero reconocen que es necesario el cambio.

Y no hay justificación mayor para ello que esa foto fija de la sala a rebosar o la interminable espera de los pacientes para ser atendidos. Algo falla cuando el servicio se colapsa sin una justificación como la mayor afluencia de pacientes durante el invierno -el periodo que se conoce como 'alta frecuentación'- o el verano con el aumento de la población de fuera. El Puerta de Mar ha sufrido estas semanas varias jornadas de aglomeraciones, señala Julio Enríquez, médico de Urgencias del centro gaditano y delegado sindical de CC OO. Y destaca que «no hay motivos para estos colapsos», más allá de la propia gestión y el mal uso que los pacientes hacen del servicio. Ayer señalaba que hace apenas unos días terminaba la jornada con 18 personas en reanimación y otras 13 esperando cama para ingreso, el panorama ya da una idea del volumen de trabajo que soporta este acceso trasero del centro.

«No es descabellada la idea de castigar al que abuse de este servicio», indica, pero rechaza cualquier medida que suponga sanciones económica, porque «su aplicación sería difícil e injusta». El Puerta del Mar, por su carácter urbano, soporta una mayor presión asistencial. «Es habitual que nos lleguen casos de otitis, dolores de muela, problemas oculares o incluso que familiares de pacientes ingresados bajen para ser tratados de alguna dolencia aprovechando que ya están en el centro», señala el facultativo. El Ministerio de Sanidad recoge en su web que el 40% de los usuarios que acude a Urgencias deberían ser tratados en atención primaria «y ese porcentaje refleja perfectamente lo que pasa aquí», asegura.

Este mal uso continuado unido a un recorte de los recursos es lo que da lugar a los taponamientos y la sobrecarga que soportan estos profesionales. La plantilla ha ido mermando y hoy 18 de los 26 médicos del servicio son eventuales contratados al 75% de su jornada. Eso supone que el equipo nunca está al completo.

Otra cuestión es la pérdida de camas que ha sufrido el centro y que termina repercutiendo también en Urgencias. Eso ha llevado a que áreas como Observación terminen convirtiéndose en una sala de preingreso, donde los pacientes llegan a estar de 24 a 48 horas. «La gestión de las camas es un problema, porque hay momentos en los que no se llega a tener una idea clara de las que están disponibles». Por eso mismo considera fundamental la creación de un sistema de previsión de altas y un mejor uso de las instalaciones que aún mantiene salas inutilizadas como una intermedia de sillones que se habilitó en su momento y que hoy se usa de almacén.