«Me han tratado como si yo fuera basura y la operación costara miles de millones»

Ha tenido que estar diez días hospitalizado para conseguir la atención sanitaria que precisaba. Juan Luis García ingresó en el Virgen del Rocío de Sevilla el pasado 11 de enero y hoy volverá a su casa tras obtener el compromiso y la confirmación de que volverá a ser intervenido en el centro sevillano para evitar que pierda otro dedo de la mano.

Ese 11 de enero estará ya marcado en la vida de este isleño. Mientras realizaba sus labores en una nave dedicada a la reciclaje una radial le cogió la mano y le cortó uno de los dedos. No recuerda bien qué fue lo que pasó, pero sí los instantes posteriores y que, a pesar de perder el índice, mantuvo la calma. «Había un compañero que acababa de entrar y ese fue el que se puso nervioso perdido. Yo empecé a decirle lo que tenía que hacer. Primero le dije que cogiera el dedo y le indiqué el lugar por el que había caído, luego que llamara a urgencias y de lo alterado que estaba le tuve que decir hasta el número. La verdad que pasó un mal rato», explicó Juan Luis que antepone la angustia de su compañero a la tensión que vivió en el momento de perder el dedo. Y eso que su calvario no había hecho más que empezar pues nunca se imaginó la situación que ha tenido que soportar.

Al llegar al Puerta del Mar de Cádiz fue trasladado de inmediato al Virgen del Rocío donde comprobaron que era imposible recuperar el índice. La sorpresa de Juan Luis fue ver que no hicieron nada con su pulgar que estaba completamente abierto. «Yo creo que ha habido una disputa entre hospitales y que ahí ha estado el tema, porque no me cabe en la cabeza, y mira que le doy vueltas, lo que me ha pasado. Que pasen los días y tras haber perdido un dedo tener otro con necrosis y no sólo que no me hagan nada, sino que me quieran dar el alta para que me busque la vida en Cádiz, es algo inaudito e inusual. Ni mi compañero de habitación lo llegó a atender».

Tras días de lucha ayer consiguió llegar a un acuerdo con el centro médico por el cual hoy regresa a casa con una nueva cita para que le hagan una intervención en el pulgar, mientras se toma el tratamiento oportuno para la infección. «Es curioso que se empeñaran en darme el alta y venga a hacerlo una y otra vez. Incluso hoy -por ayer- volvieron a traérmela pero en esta ocasión el celador de la ambulancia había llegado hasta antes de traerme el informe, en el que se recogía el compromiso del hospital a tratarme. Mira que tenían ganas de que me fuera del hospital. Con esto de los recortes hay que dejar las camas de inmediato». Una experiencia de la que considera que le han tratado «como una mierda, una basura y así lo digo. Ni que mi operación en el dedo costara miles millones de euros y aunque fuera así, anteponer el dinero o una disputa a la salud no tiene sentido. Ya no me fío ni de los hombres con corbatas ni de los que llevan bata blanca».

Hoy Juan Luis regresará a casa y lo hará tras haber peleado por tener la atención sanitaria que considera que se merece. «Yo no sé a lo que vamos a llegar pero al menos vuelvo con el problema resuelto y no como querían ellos, que me buscara la vida con el dedo abierto».