Factura de la luz

Después del revuelo causado en la última subasta para incrementar la tarifa eléctrica un 11 por ciento, que posteriormente fue anulada, al final, a partir del 1 de enero el aumento ha sido de sólo un 2,3%.

Probablemente a más de una persona le ha sorprendido conocer el desglose que ha publicitado una compañía eléctrica de la factura de «51 euros mensual de un hogar medio, sólo 19 euros (37%) corresponde a la energía kWh consumida y a las líneas eléctricas para llevarla. El resto, 32 euros (63%), son costes ajenos al suministro eléctrico», representando las «cargas fiscales: 15,7 euros (30,78%); las subvenciones medioambientales: 9,7 euros (19,01%); las subvenciones territoriales: 1,9 euros (3,73%); las ayudas sociales: 1,3 euros (2,55%); el resto es para el concepto de otros: 3,4 euros (6,67%)».

Es de agradecer a las compañías que trabajen por mejorar la transparencia; sin embargo, también debería reflejarse esta información en las facturas eléctricas.

Con el fin de contribuir a la paz social y evitar que los partidos políticos puedan utilizarla con fines electorales, deberían pactar que en los próximos Presupuestos Generales se incluyan y en la factura eléctrica desaparezcan los conceptos dedicados a subvenciones, ayudas y otros.

Los partidos políticos deberían trabajar más y mejor para evitar que en España el precio de la electricidad (antes de impuestos, en euros/MWh) sea de 0,175 euros, el tercer mayor de los países europeos, muy superior a la media de la Zona euro que es de 0,136 euros, porque estas diferencias del precio de la luz repercuten de manera negativa en la competitividad, en la creación de empleo y en el bolsillo de los ciudadanos.

Es normal que la ciudadanía se asuste cuando no hace más que morir gente aquejada de Gripe A. Aunque desde la Junta aseguran que no hay más ni menos casos que otros años, lo que sí es cierto es que no recuerdo otro momento en el que falleciesen tantas personas. Pido a los responsables que nos explique la verdad, porque es mejor saber a qué nos enfrentamos que vivir en la ignorancia y acabar enfermos.

Soy seguidor del Cádiz desde que tengo uso de razón y ésta es una de las etapas más grises en cuanto a la gestión del club. En pocos años ha pasado por tantas manos que ya no sabemos ni a quién pertenece, pero para el cadista de corazón lo importante es que su equipo gane los partidos y se convierta en el mejor y no creo que ninguno de estos movimientos empresariales sea bueno para la plantilla. Así que pido que las aguas se calmen y que nos dejen disfrutar de nuestro equipo.

No puedo esperar más tiempo a que empiece el COAC de este año. A pesar de las grandes ausencias pienso disfrutar como todos los años.