EL RAYO VERDE

HOLLANDE Y LAS PRIMARIAS

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El PSOE pone fecha a sus primarias para finales de noviembre, después de celebrarlas para autonómicas. Es lo que querían los socialistas andaluces que, hábilmente, ya habían resuelto el asunto de sus propias primarias... sin hacerlas, antes de que Ferraz les dictara un censo o nada parecido. Véase aquí, pues, otro ingrediente de la estrategia de Griñán para dar paso a Susana Díaz. Hacer historia ahora es muy fácil, porque los tiempos se han acortado tanto que lo que pasó antes de ayer parece remoto.

Será curioso observar si las levantiscas bases socialistas acatan el compromiso de darse una tregua hasta las europeas, para no entorpecer el esperado resurgimiento electoral, porque, de hecho, la carrera se ha abierto y ningún aspirante va a dejar pasar un minuto, por si da ventaja al rival.

En fin, y tras el comité federal del sábado, se aprecia que Susana Díaz/Andalucía afianzan su peso en el escenario nacional. La presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A aún es mirada en Madrid con reparos, cuando no desprecio, por altos santones del socialismo. Nada grave, en realidad, más allá de cotilleos de sobremesa, porque los hechos se imponen y quien manda, manda.

Ahora a los socialistas andaluces les toca medir sus apoyos o no-apoyos entre los aspirantes a ocupar el sillón de Rubalcaba. Que podría ser el propio Rubalcaba, a pesar de que todas las reuniones de partido acaban con la misma pregunta: «¿Cuándo se va Rubalcaba?». Así, con reiteración, «como cuando terminan las misas y el cura dice 'Podéis ir en paz'», cuentan.

Convocadas pues las primarias, en las que el PSOE-A no se juega nada en su propio terreno, queda una pregunta en el aire: Hollande las ganó y mirad cómo ha caído en picado su gestión. Pero, ay, el presidente francés no sólo devolvió al PSF al Elíseo, algo tan impensable para ellos entonces como ahora para el PSOE, sino que tiene tras de sí unas historias de alcoba que a más de uno le produce una indisimulable envidia.