CÁDIZ

Los últimos supervivientes de un programa fracasado pero muy promocionado

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Pese a que son pocos -apenas superan el centenar- y a que su empresa no constituye ningún pilar básico de la economía local, han sabido hacer ruido y acaparar la atención durante los últimos días con sus sucesivos acciones de protesta para intentar impedir la defunción de su centro de trabajo en El Puerto. Son los trabajadores de Sadiel, las últimas víctimas de la ineficacia del Plan Bahía Competitiva. La empresa les ha puesto encima de la mesa el traslado forzoso a Sevilla y ellos denuncian que es la fórmula de abocarlos al despido sin declarar un ERE. Con sueldos bajos, el traslado de provincia se hace casi inviable. Además, pelean por mantener viva unas instalaciones en una provincia sedienta de empleo.

La historia de Sadiel -una sociedad que en su origen fue pública- recuerda a la de otras iniciativas empresariales que llegaron atraídas por unas ayudas públicas, que se otorgaron sin necesidad de presentar avales (en su día se justificó esta medida para fomentar el interés de pequeños empresarios), que obtuvieron una gran difusión con visita incluida de altos cargos a sus instalaciones -en el caso de esta empresa, fue el expresidente Manuel Chaves quien se hizo la foto en las oficinas- y que poco a poco se han ido desinflando en número de trabajadores hasta acabar en el cierre.

Pese a este negro panorama, la planta portuense de Sadiel llegó a ser distinguida por el gigante Microsoft como uno de los mejores consultores en España de uno de los programas de la compañía. Un reconocimiento profesional que se produjo al poco tiempo de comenzar a andar en el año 2009. Esta empresa fue de las primeras en anunciar su intención de abrir sede en la Bahía y también de reconocer abiertamente que el colectivo de trabajadores de la antigua factoría de Delphi no se ajustaba al perfil de empleado que buscaban al iniciar la selección de personal. La plantilla de Sadiel se nutrió de jóvenes informáticos principalmente.

Siguiendo con el recorrido de esta empresa, en el año 2011 la Junta autorizaba la venta de parte de las acciones que tenía la agencia Idea al grupo Ayesa, que se hizo con el control de la firma. A partir de entonces, los trabajadores comienzan a denunciar el despido de compañeros y un empeoramiento de las condiciones de trabajo.

Un jueza acaba de suspender los traslados de forma cautelar, pero la oficina de El Puerto, como reconocen los trabajadores, está siendo progresivamente desmantelada. Ellos invocan a la Administración regional, que aún atesora parte de las acciones, para que resuelva el conflicto. Pero la agencia IDEA tiene sus propios problemas, con su gerente provincial imputada por el caso Bahía Competitiva.