Mujeres embarazadas realizan ejercicios en la piscina como preparación al parto. :: RAMÓN L. PÉREZ
Sociedad

Las embarazadas suspenden en cultura nutricional

Unos buenos hábitos alimenticios antes de la gestación evitarían dos de cada tres casos de malformaciones congénitas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Unos buenos hábitos nutricionales antes del embarazo evitarían dos de cada tres casos de malformaciones congénitas, como la espina bífida (columna vertebral abierta) y la anencefalia (ausencia de cráneo). Los defectos en la formación del tubo neural acontecen en el primer mes del embarazo, cuando la mujer todavía no sabe que es gestante. De ahí la importancia de que la embarazada se conciencie en tomar ciertos micronutrientes, como ácido fólico, yodo, hierro o calcio, para evitar estos problemas.

De acuerdo con el estudio GestMujer, más del 80% de las gestantes no acuden al ginecólogo antes de quedar embarazadas para planificar el alumbramiento y mejorar su estado de salud, entre otras cosas porque las propias afectadas no perciben la necesidad. Las investigaciones demuestran que las mujeres adolecen de una información muy deficiente en lo que se refiere a lo que han de comer como futuras madres. Por ejemplo, hay una enorme ignorancia sobre qué nutrientes y vitaminas son recomendables en la gestación y en qué alimentos se hallan. No saben que el ácido fólico está presente en las verduras y hortalizas, el yodo en el marisco, el hierro en las carnes y legumbres y el calcio en la leche. A veces no es necesario atiborrarse de endivias para conseguir una ingesta adecuada de folatos, sino que basta con suplementos alimenticios administrados en forma de medicamentos, según dijo Ernesto Febre, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Lozano Blesa de Zaragoza.

En 2012, el número de fetos afectados por una deficiencia del tubo neural, que se traduce en enfermedades como la espina bífida y la anencefalia, fue de 453, de los que 300 se habrían podido evitar con medidas preventivas. Pero la realidad demuestra que el 68% de las mujeres embarazadas no habían tomado ácido fólico antes de quedar en estado. El diagnóstico de estas malformaciones casi siempre se suele hacer durante el embarazo, en la ecografía de la semana 20, cuando interrumpirlo «adquiere tintes dramáticos». Sin embargo, reducir la prevalencia de las malformaciones asociadas a este defecto «es sencillo y barato», subrayó el responsable del servicio de Ginecología del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, Iñaki Lete.

Los expertos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) creen preciso instaurar la consulta preconcepcional, la que se celebra dos o tres meses antes del embarazo, a pesar de que todavía persisten muchas resistencias. Según la encuesta, en la que participaron 1.020 mujeres, más del 50% dijo no tener intención de realizar esa visita en el caso de planificar su embarazo. Por añadidura, más del 54% declaró no tener ni idea de en qué consistía ese tipo de consulta. Si bien la mitad de las parejas se apuntan a la planificación del embarazo, apenas un 10% acude al ginecólogo antes de la concepción. Cuando se preguntó a las participantes en la encuesta sobre sus fuentes de información acerca de su estado, un 82% citó a la matrona y un 65% al ginecólogo, mientras que la búsqueda de información en internet cobra mucho protagonismo y alcanza un 60%.

Por fortuna, la desinformación no toma la forma de superchería. Las mujeres conceden muy poco crédito a supersticiones como que se producen más nacimientos en luna llena, que la acidez de estómago da lugar a niños con mucho pelo o que durante el embarazo no es conveniente teñirse el pelo.

Iñaki Lete aclaró que una borrachera aislada, a pesar de ser desaconsejable, no provoca la aparición del síndrome alcohólico fetal, cuya existencia se registra con ingestas intensas y continuadas de bebidas alcohólicas. Con todo, las interrogadas presentan importantes lagunas sobre cultura nutricional. Baste decir que un 98% de las españolas no saben qué alimentos son ricos en yodo.