El actor Hugh Jackman vuelve a interpretar a Lobezno en la gran pantalla. :: CARLO ALLEGRI / REUTERS
Sociedad

«No me interesan ni la fama ni el éxito»

El intérprete australiano vuelve a meterse en la piel de Lobezno en la nueva entrega de la saga Hugh Jackman Actor

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Hugh Jackman vuelve a dejarse barba, a muscular su cuerpo y a meterse por quinta vez en el papel de Lobezno. Después de su gran éxito con 'Los miserables', el actor australiano encarna a este mutante en 'Lobezno inmortal'. En esta ocasión, el superhéroe viaja a Japón, país que no había visitado desde la Segunda Guerra Mundial para sumergirse en el mundo de los yakuza y los samurái. Pero además, tendrá que luchar contra los fantasmas que le atormentan.

-¿Qué tiene el personaje de Lobezno para que lo interprete una y otra vez?

-Lobezno es el clásico arquetipo del antihéroe, un tipo noble, decente, con un conflicto interior que le hace vulnerable. Tipos duros como Han Solo, Mad Max o Harry El Sucio fueron mis ídolos y cuando los veía quería ser como ellos.

-En esta película, su personaje aparece deprimido...

-Me gusta el Lobezno que hemos hecho porque me parece real, inteligente, justo y desconfiado por naturaleza. Le veo también como alguien perseguido por sus obsesiones y triste porque teme amar a alguien. En esta nueva entrega le vamos a ver más humano que masculino.

-¿Necesita desconectar después de una película de acción?

-Sí, por el reto físico que suponen. Actores de teatro como Laurence Olivier siempre disfrutaron con la expresión física de los personajes. Las películas de acción son una extensión de ese estilo de interpretación.

-¿Son necesarios los héroes en estos tiempos?

-Necesitamos historias que nos entretengan. El cine ayuda a olvidarnos de nuestros problemas durante un par de horas. La idea de un héroe que es vulnerable me parece interesante en estos momentos.

-¿Qué dijo su mujer cuando le vio otra vez transformado físicamente en Lobezno?

-Me dijo 'cariño, vente a mi cama' (risas). Está acostumbrada a estos cambios. Según ella, todos los maridos deberían pasar cierto tiempo en el gimnasio.

-Usted es de esos actores con los que el público tiende a identificarse. ¿Cómo lleva esa etiqueta de ser un actor normal?

-Trabajo muy duro en lo que hago, disfruto con la interpretación y reconozco que el halago es algo maravilloso. Como intérprete me gusta recibir el reconocimiento del público. Yo empecé en el teatro, un medio en el que no mucha gente puede disfrutarte y, aunque sigo haciendo teatro, el cine es la mejor recompensa para mí. Además, tengo la oportunidad de viajar alrededor del mundo, lo que me permite conocer a gente increíble. Desde luego lo mío no es trabajo, es pura diversión.

-¿Alguna vez soñó con ser un galán de Hollywood?

-No. Ni en un millón de años lo habría imaginado. Incluso cuando empecé en la interpretación no estaba seguro de querer convertirme en actor. Siempre me ha divertido actuar, pero nunca soñé con la posibilidad de llevarlo a cabo. Estoy sorprendido de llegar donde he llegado y no cambiaría ni un segundo de mi vida.

-Cuando rueda una película de acción como Lobezno, ¿siente que después tiene que hacer después algo diferente?

-Sí, aunque las películas de acción no son un género determinado. Lo que a mí me gusta de este tipo de filmes es el reto que presentan físicamente. El personaje de Lobezno es muy interesante, pero aún lo es más el sacrificio físico. Actores de teatro como Laurence Olivier siempre disfrutaron con la expresión física de los personajes. Las películas de acción son una extensión de ese estilo de interpretación. Yo trato de abrir en mi carrera tantas puertas como puedo.

-La fama y el éxito no parecen afectarle de ninguna manera...

-Como dijo William Shakespeare, todos somos actores dentro del gran teatro del mundo y yo aplico eso en mi vida. Tengo la suerte de vivir una historia maravillosa dentro de ese teatro. A veces en la obra que nos toca hay comedia o tragedia, lo importante siempre es tener perspectiva y no caer en las trampas que se presentan. Yo estoy determinado a vivir buscando la felicidad sin dejarme llevar por la superficialidad de mi profesión. No me interesan ni la fama ni el éxito.

-¿En qué basa su felicidad?

-Me hace feliz mi familia, ellos son lo primero en mi vida. La gente que me rodea me hace feliz, me gusta estar con mis amigos, soy un privilegiado por poder hacer lo que hago y soy muy consciente de ello.