El ministro de Economía, Luis de Guindos, en el Congreso de los Diputados. :: ANDREA COMAS / REUTERS
Economia

Lo que España espera de la 'madre' de las cumbres

El Gobierno confía en que Europa proporcione crédito a las pymes, un escudo para la deuda, acciones contra el paro juvenil y planes de crecimiento

MADRID. Actualizado: Guardar
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Es el argumento preferido de Mariano Rajoy. Siempre que tiene ocasión recuerda que, hace un año, en las instituciones europeas y entre los socios comunitarios solo se hablaba de disciplina y sacrificios. Doce meses después, se ha abierto camino la idea de que las exigencias de estabilidad presupuestaria han de ir acompañadas de acciones de estímulo al crecimiento. Entretanto, España y buena parte de la UE atraviesan una etapa de recesión aún más aguda que la provocada por la convulsión que siguió a la quiebra de Lehman Brothers.

En la cumbre que los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 van a celebrar los días 27 y 28 de junio tiene depositadas el presidente del Ejecutivo muchas esperanzas. No solo Rajoy, porque en esta ocasión se ha dado la inhabitual circunstancia de que el jefe del Ejecutivo español defenderá en Bruselas una posición respaldada por Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del principal partido de la oposición. También habrá escuchado previamente a los dirigentes de las centrales, citados mañana lunes en Moncloa. Le van a transmitir las reivindicaciones de la Confederación Europea de Sindicatos, que reclama un urgente golpe de timón que cambie el rumbo de las políticas implantadas en la UE.

Políticos y agentes sociales españolas cuentan con aliados relevantes. «Europa debería hacer más para facilitar el ajuste de España», plantea la última, que no la menos importante, de las recomendaciones que la misión del Fondo Monetario Internacional ha formulado tras visitar el país durante más de un mes, y entrevistarse con todo tipo de interlocutores.

Las iniciativas ya adoptadas en el área euro -prosigue el análisis del FMI- no han sido suficientes para revertir la fragmentación financiera, restablecer el dañado mecanismo de transmisión monetaria y lograr mayor crecimiento y empleo, ni para la zona euro ni para España.

Es una moción de censura en toda regla, que no excluye al Banco Central Europeo y que recoge buena parte de las aspiraciones españolas. Avanzar «más rápido» hacia la unión bancaria completa, como aconseja la institución internacional, equivaldrá a crear un escudo protector para la deuda pública, al romper el vínculo con el sector financiero. «Las empresas españolas se podrán financiar -concluye el FMI- con base en sus propios méritos».

Sobre la unión bancaria, ha pasado justo un año desde que el presidente Van Rompuy puso sobre la mesa de los mandatarios europeos un proyecto de tres patas: el supervisor común, el procedimiento de resolución de crisis y el fondo de garantía de depósitos. Pero Europa se construye a trancas y barrancas. Antes de que la propuesta llegara a cuajar, la crisis de una parte del sistema financiero español requirió echar mano de más de 40.000 millones de una línea de préstamo que se elevó a 100.000 millones de euros.

Los socios del euro han dotado con 60.000 millones la partida destinada a la recapitalización directa y aceptado que tenga carácter retroactivo «caso por caso». Pero España dice estar «cómoda» con el sistema seguido en la financiación obtenida, pese a tener que computarla como deuda. El principal beneficio que espera obtener de la unión bancaria es que sirva de vacuna frente a problemas en el sector.

Restablecer la confianza en las entidades de crédito tras el estallido de la burbuja del ladrillo ha pasado una gravosa factura a la economía española en forma de sequía del crédito. Las grandes empresas han logrado poco a poco volver a financiarse en los mercados. A las pymes les resulta más difícil y también les sale mucho más caro. Muchas se han visto condenadas a echar el cierre.

Un estudio del profesor Joaquín Maudos revela que a las pequeñas y medianas empresas españolas el dinero les cuesta un 77% más que a sus equivalentes alemanas de igual tamaño. Están pagando hasta 105 puntos básicos más que la media de la zona euro en préstamos inferiores al millón de euros. En cuantías superiores, el diferencial se reduce y el sobrecoste respecto a las germanas queda en 35 puntos básicos.

Iniciativas para acudir en socorro de las pymes se van a poner sobre la mesa del Consejo Europeo. El Banco Europeo de Inversiones trabaja en un instrumento de garantías conjuntas que, sobre una partida presupuestaria de 10.000 millones, podría movilizar 100.000 millones.

España teme que la acción del BEI se vea condicionada por su aversión al riesgo. Por eso quiere una mayor implicación del Banco Central Europeo, que podría refinanciar al BEI o actuar directamente. El presidente Draghi avanzó que la institución estaba explorando la posibilidad de comprar productos estructurados -paquetes de créditos- que liberarían recursos para que la banca diera nuevos préstamos.