Una trama que debe ser aclarada

Los ciudadanos españoles soportan tal chaparrón de casos de presunta corrupción que empieza a resultarles complicado mantener la capacidad de asombro y de estupefacción, así como un cierto criterio para ordenar estos episodios según su gravedad.

Los gaditanos se desayunan hoy con otro que resulta llamativo. Más de una veintena de funcionarios de la Jefatura Provincial de Tráfico y de la Guardia Civil han sido imputados por el Juzgado de Instrucción número 4 de la capital. Según las investigaciones, desarrolladas durante meses con todo tipo de escuchas autorizadas y seguimientos, varios de los participantes habrían colaborado en una trama para beneficiarse económicamente de la resolución de todo tipo de gestiones. Este caso tiene la suficiente gravedad, cualitativa y cuantitativa como para merecer un rápido y total esclarecimiento.

Los trabajadores de la Jefatura de Tráfico y los miembros de la Benemérita no merecen la sospecha genérica que podría provocar una dilación injustificada. Es preciso que, cuanto antes, se aclare quién hizo qué para proclamar de forma indudable que sólo esos, y siempre que la Justicia lo considere probado, fueron los únicos responsables y que las instituciones públicas que rigen una materia tan delicada como el tráfico están a salvo de pequeñas ambiciones o posibles deslices particulares.

Los primeros interesados en aclarar hasta la última responsabilidad son los miembros de esas instituciones, de largo y merecido prestigio, que ahora pueden ven empañada la labor de muchos por las actitudes -presuntas, sin confirmar, inexistentes mientras no se demuestren- de unos pocos.