Juan Lanzas, conducido al furgón policial. :: EFE
ANDALUCÍA

Enriquecido de forma «exagerada»

Juan Lanzas exsindicalista de UGT

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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La jueza Mercedes Alaya envió el pasado día 22 a prisión al exsindicalista Juan Lanzas acusado de los delitos de cohecho, blanqueo de capitales, falsedad, malversación, prevaricación, tráfico de influencias y asociación ilícita. Está considerado uno de los cerebros de la trama y en él confluyen todas las vertientes, salvo la de cargo de la administración, con la que se orquestó el menoscabo de fondos públicos, aunque la magistrada desde siempre le ha señalado especialmente como el 'conseguidor', el que seducía tanto a la administración, sindicatos, aseguradoras, abogados y empresas del negocio de los ERE.

La jueza atribuye a Juan Lanzas un «exagerado enriquecimiento» de más de 13 millones de euros durante los años investigados por su supuestas 'mordidas' a aseguradoras, empresas a las que conseguía el ERE e intrusos a los que colocaba en este. En el caso de los intrusos cuantifica hasta 24 en los que pudo terciar Lanzas, incluidos él mismo y su mujer, Patrocinio Sierra, en el de Hitemasa (455.014 euros) y a su cuñado Ismael Sierra en el de Dhul, entre otros familiares y conocidos de UGT.

En el caso de las empresas, la jueza subraya que pudo haber cobrado «supuestamente» tres millones de euros, a razón de 600.000 euros por ERE, a la familia Ruiz Mateos por los cinco expedientes que ayudó a tramitar. Alaya menciona que la esposa de Lanzas, Patrocinio Sierra, recogía este dinero en la casa de los Ruiz Mateos.

Lanzas estuvo a sueldo como comercial de Vitalia y del despacho de abogados Villasís, también investigado en esta última fase del sumario. Pero su paso más arriesgado fue cuando orquestó empresas pantalla -Servicios Inmediatos de Andalucía, Atrado Mensajería, Estudios Agenciales, Maginae Solutions, Consulting Social Siemur o Al Andaluz Masss Media Channel- para poner en circulación los sobornos, calculados en más de nueve millones de euros. Para ello utilizaba a testaferros como su cuñado Ismael Sierra, en libertad tras pagar una fianza de 50.000 euros, y Juan Francisco Algarín, en prisión desde enero y a quien utilizaba para hacer llegar los 'sobres' a Guerrero y otros.