CHICO FLORES

Hace unas semanas hacía referencia al impacto mediático que estaba teniendo el gaditano Suso tras debutar oficialmente con el Liverpool. Las sensaciones que debe producirte estar junto a Gerrard o enfrentarte a un mito como Scholes. Esta vez me he acordado de Chico, que esta semana marcó su primer gol en Inglaterra, precisamente ante los Reds, ayudando a superar la eliminatoria en la Capital One Cup.

Muchos criticaron la actitud de Suso cuando decidió marcharse del Cádiz, pero deberían darse cuenta de que el mundo ni empieza ni acaba en la Tacita de Plata, sino que es necesario construir una infraestructura llamativa y potente para ofrecer un futuro, al menos a corto plazo, a esas niños que sueñan con triunfar en el fútbol profesional.

Aún recuerdo cuando debutó Chico en el Cádiz. Ante el Albacete y por una expulsión de De Quintana días antes en el choque contra el Alavés. Ese día ya fue convocado, pero se quedó con las ganas de 'estrenarse'. La oportunidad llegó, y aunque el Cádiz perdió el partido, el central fue de los más destacados.

Se abrió el típico debate del tratamiento adecuado de la cantera. También se habló de su indisciplina, de su carácter conflictivo y de su círculo más íntimo, que podía ser perjudicial. Y todos esos prejuicios no han evitado que Chico haya hecho carrera en el fútbol. Más bien le han ayudado. Porque pasar por Liga (Barcelona -filial o no filial-, Almería y Mallorca), Calcio (Genova) y Premier (Swansea) con solo 25 años y que paguen por tu traspaso 4 millones de euros te sitúan, cuanto menos, en el nivel de futbolista consagrado.

Poco queda ya de ese 'chico' que llevó el número 28 en la camiseta del Cádiz, aunque sigue haciendo gala de ello, como pudimos comprobar hace poco, cuando celebró un gol de su compañero Michu con una camiseta con la que ayudaba a construir la palabra España y en la que destacaba Andalucía y Cádiz. Ha sabido plasmar a la perfección su osadía vital en el césped. Y ha llegado lejos. Muy lejos. Más allá de Puertas de Tierra.