ANDALUCÍA

«Deberíamos encerrarnos en una habitación y no salir hasta lograr un acuerdo en materia educativa»

La Junta ofrece consenso al ministro Wert: «No podemos quedarnos en la crítica, nuestra obligación es ofrecer alternativas y ceder» Mar Moreno. Consejera de Educación

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Andalucía presenta mañana una propuesta de pacto educativo al ministro Wert, durante la conferencia sectorial de Educación. La consejera Mar Moreno lleva un documento de nueve puntos de consenso sobre el anteproyecto de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad, en un nuevo intento, el enésimo, de alcanzar un acuerdo político que acabe con los vaivenes en un sector que ya ha visto pasar siete reformas, con sus correspondientes leyes orgánicas, desde que se instauró la democracia.

-Comenté con una amiga maestra que iba a hacer esta entrevista y qué le interesaba. «Un pacto por la educación», me dijo, «que dejen de marearnos ya». Está claro que es necesario, pero ¿lo considera posible? Ángel Gabilondo, en la legislatura anterior, se empleó a fondo, pero el PP se retiró en el último momento.¿Puede ser ahora?

-Hay muchos elementos, técnicos, profesionales, no solo ideológicos, y no se puede generar la apariencia de que existe una varita mágica para arreglar los problemas del sistema educativo. Gabilondo hizo muy bien en dedicar dos años a buscar un pacto que no consiguió, pero le sirvió para acometer muchas medidas puntuales. Nadie se puede creer que una reforma eficaz se logre en dos meses y sin hablar con nadie. Nosotros, el Gobierno de Pepe Griñán, que tiene como prioridad la Educación, no podemos quedarnos solo en la crítica. Nuestra obligación es mojarnos, ofrecer alternativas y ceder. No puede ser el programa de máximos del PSOE ni del PP. La Educación necesita un espacio de encuentro con mucha carga profesional.

-¿En qué está dispuesta a ceder?

-Lo hemos hecho en el documento de nueve puntos y estamos dispuestos a movernos más, cuando se negocia tiene que ser así, unos y otros. Estamos aceptando la posibilidad de que haya que reformar el 4º curso de la ESO, que no forma parte de nuestra visión. Podemos transigir en que se cambie para adaptarlo más a las necesidades de cada alumnado, pero no queremos que se rompa el principio de igualdad. Aceptamos itinerarios flexibles para que nadie quede fuera, pero el Ministerio debe moverse para garantizar la misma titulación.

-¿Cómo?

-Voy a poner un ejemplo de lo que a mí me parece de lo más sangrante de la reforma. Ahora mismo existen los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) que son de adaptación curricular, es decir que dan una salida a los alumnos más mayores, o repetidores, con unos contenidos distintos, para que terminen con una titulación básica profesional. La reforma cambia el nombre y lo llama Formación Profesional Básica (FPB). Estamos dispuestos a ello, pero los programas actuales conducen a titular en ESO y la FPB, no. Sacamos adelante a más del 40% de los alumnos de PCPI, que consiguen título. ¿Cómo vamos a dejar a miles de jóvenes fuera de los institutos, por la puerta de atrás, con un título que no conduce a ninguna parte? Hay unos límites, unas garantías, que están en la igualdad de oportunidades y en intentar que el progreso del sistema educativo no sea elitista ni deje a nadie fuera del sistema.

-¿Cómo se concilia esto con fomentar la cultura del esfuerzo y la capacitación? ¿No se abaratan las titulaciones?

-La cultura del esfuerzo es necesaria y la practicamos en el día a día. Cuestionar el nivel de las personas tituladas es cuestionar el nivel del profesorado, que no creo que esté regalando títulos a nadie, sinceramente no lo creo. A la hora de demandar un esfuerzo, por ejemplo, en política de becas hay dos maneras de exigir: Las becas del Ministerio para bachiller van a pedir un 6 de nota. El alumno con recursos sigue estudiando con un 5. Ahí ya se rompe la equidad. Otro ejemplo, nuestra beca 6000. ¿Cómo somos de exigentes? Pidiéndoles que aprueben el curso. Si lo hacen cobran, si suspenden dejan de percibir la beca, la recobran si recuperan la asignatura. Hay un esfuerzo clarísimo, pero no es discriminatorio.

-¿Le preocupa el intento de centralización, si cree que existe?

-Me he negado casi sistemáticamente a criticar este aspecto. La reforma recentraliza muchas competencias y los tribunales dirán. Para nosotros eso no es lo mollar. Se me queda muy pequeña una reivindicación autonomista frente al problema de alumnos de 15 años que no pueden ir al instituto o no pueden obtener una beca. No lo quiero ni poner en la misma balanza.

-¿Tiene sentido eso de que la enseñanza ha catalanizado a los catalanes?

- No me atrevo a juzgar a la escuela catalana, no tengo suficientes datos. Sí digo con ironía que si españolizar la escuela es que haya menos becas, más segregación, menos profesores y menos programas de refuerzo, yo no quiero que españolicen a Andalucía.

-El 75% de los contenidos va a ser común. ¿Cómo afectará a los diseños curriculares, a los temarios?

- Se reduce la capacidad de la autonomía para introducir materias. Nosotros tenemos cedida una parte de nuestro tanto por ciento a los centros para darles autonomía. Nos preocupa más la posibilidad de que los equipos directivos adapten los curriculos a las necesidades de su entorno que el hecho en sí de las competencias. No estamos haciendo batalla de eso porque no queremos hacerla.

- Una parte de ese porcentaje se ha destinado a Educación para la Ciudadanía. ¿Es posible un acuerdo respecto a esta asignatura?

-Hemos ofrecido un acuerdo. La educación en valores es básica para cualquier sociedad, no por una razón romántica, sino porque es una exigencia de la Unión Europea y PISA nos examina por competencias cívicas y ciudadanas. Es que nos ponen nota por ese tipo de asignatura. Hay que dejar atrás las polémicas y acordar currículos propios de una sociedad democrática que comparte una Constitución y unos valores mayoritarios y dejar una estabilidad en la que todos nos sintamos representados. Nosotros ahí también estamos dispuestos a hablar.

-¿Qué le parecen las recientes manifestaciones de alumnos, a las que se han incorporado los padres?

- El alumnado de más edad está viendo que la reforma va a convertir la educación en una carrera de obstáculos: reválidas, itinerarios rígidos, vías muertas, y si le suma menos becas o más requisitos, el último obstáculo es el económico. El alumnado está inquieto por una reforma que supone un cambio muy fuerte y en nuestra opinión regresivo. Hace pocos años, cuando se manifestaban los estudiantes franceses pidiendo reformas educativas se oían comentarios con admiración, «hay que ver qué jóvenes, que salen no de botellón sino pidiendo educación». Lo que vale para los franceses debe valer para los españoles. Hacen bien en moverse y defender un sistema educativo equitativo.

- El profesorado, también se moviliza. En sus 9 puntos hay medidas para mejorar su formación y su motivación. ¿Están los maestros desmotivados?

- Desde antes de la crisis, pero más ahora, el profesorado está sometido a una exigencia enorme. Adaptación pedagógica, porque ahora se estudia por competencias, que son unos cambios metodológicos extraordinarios; a las nuevas tecnologías, idiomas, al universalizarse la educación hay alumnos con más dificultades. El esfuerzo es enorme y yo lo quiero reconocer públicamente. Ellos tienen la sensación, y yo también, de que no se ha correspondido con un reconocimiento suficiente, no solo en lo económico, en el derecho a una carrera profesional, sino social, de su autoridad magistral, de su figura. Ahí tenemos mucho terreno para mejorar.

- Se les va a formar para atender la diversidad y la resolución de conflictos ¿cómo se acepta esto entre los docentes?

- Hay una demanda muy importante de formación, las clases se han vuelto en los últimos 10 años mucho más complejas. También hay que cuidar mucho la formación inicial, no sólo la permanente. Los nuevos profesores que forma la universidad tiene que salir ya con las necesidades que demanda esta escuela del siglo XXI, diversa, con idiomas, con tecnologías.

- Rechaza los ránkings de centros. Pero ¿no es positivo evaluarlos y saber cuáles son los mejores?

- Nosotros ofrecemos puntos de encuentro porque hay cuestiones en las que nos podemos entender. No hacemos causa de que haya un incremento de pruebas nacionales, y no pensamos que es que nos van a intentar controlar. Ahora, el destino de la información que se obtiene en esas pruebas sí que nos preocupa, porque evaluar es para mejorar, si se va a usar para seleccionar o segregar ya es otra cosa. La publicación de ránkings de centros introduce una cultura de empresa que no tiene nada que ver con la escuela y que no existe en casi ningún lugar del mundo.

- Ha pedido un presupuesto de garantía para la educación pública y las becas. Hay datos que permiten dudar que más dinero signifique mejores resultados. Aunque según el informe PISA España ha aumentado el gasto por alumno más que la media de la UE y destina dos puntos más que la media de la OCDE, la evaluación no avanza.

-Aunque siempre hay que optimizar, y más con la crisis, pero nos enfrentamos a un ajuste excesivo. La clave de bóveda es que el plan de reequilibrio que el Gobierno de España manda a Bruselas deja el gasto educativo del 4,9% al 3,9%, un punto menos del PIB de aquí al 2015. La tarta del PIB va a ser más chica. Ya por eso disminuyen los recursos ¿pero por qué reduces la porción para educación? No hay sistema que soporte la pérdida de un punto de PIB en tres años en el gasto educativo, la escuela pública española se va a resentir, y mucho. Haría una ironía: salvo que el Gobierno del PP pretenda que le sobre presupuesto con tantísimo alumnado como va a salir del sistema.

-¿Cómo afronta el fracaso escolar, ahora que saltan las alarmas por el problema de los llamados ni-nis?

- La expresión no me gusta. Creo que da una imagen muy peyorativa de una generación formadísima, que lo está pasando fatal y no merecen este calificativo. Nuestro objetivo fundamental es combatir el fracaso escolar y en los últimos cuatro años hemos reducido 7 puntos respecto a la media española, estamos a 1 punto. El gran problema nuestro es el abandono temprano, alumnos muy jóvenes que no siguen después de la enseñanza obligatoria. Estamos poniendo medidas como la beca 6000, dirigida a que hagan bachiller alumnos que dejaron los estudios, que es la beca más elevada y exigente de España; como la beca de la segunda oportunidad para que regresen quienes habían abandonado las aulas.

-¿Cómo van a quedar los extras que ofrecen las escuelas, programas de acompañamiento, las aulas matinales, comedores etc?

- Distingo: los programas de acompañamiento tienen que ver con el rendimiento escolar. Chavales con dificultades de aprendizaje que reciben un apoyo en lengua, matemáticas. Esos programas han desaparecido de los Presupuestos Generales del Estado. Es de los aspectos más dolorosos. Este curso 2012-13 se están manteniendo todos, y espero que los podamos salvar en el futuro. Estos programas son los que de verdad atacan el fracaso y el abandono y no entendemos cómo han desaparecido de los PGE, en una partida bastante importante, que ronda los 16 millones para Andalucía. Por lo tanto vamos a tener que asumirlo en solitario con un esfuerzo de primera magnitud, porque para nosotros son esenciales

-¿Y las aulas matinales y demás?

- Son los servicios de apoyo a la familia. Comedor, aula matinal para la compatibilidad.Hacemos un esfuerzo tremendo, conscientes de los momentos que pasan las familias. Los libros de texto gratis ya solo existen en Navarra y en Andalucía. Las bonificaciones que mantenemos hacen que casi la mitad de los niños que van a los comedores escolares almuercen gratis. Aquí no se ha abierto el debate de los 'tupper', porque los comedores están abiertos y proporcionan a veces la única comida del día que muchos chavales toman. Este componente social no parece que tenga que ver con los rendimientos escolares, pero garantiza una calidad de vida mínima a los niños, sin la cual ¿cómo vas a pedirles que estudien?

-¿Qué va a ser de sus presupuestos?

- Estamos haciendo muchos números para sacar el curso adelante..Tenemos que ser responsables como comunidad autónoma con los objetivos de déficit de España y al mismo tiempo hacer la política para la que ha sido elegido este Gobierno, marcar diferencias. No podemos defraudar a esa demanda de política progresista y social.

- Como responsable de Educación de un Gobierno que hace de su área una prioridad ¿qué espera conseguir?

- Es un trabajo crucial, apasionante, aunque no de corto plazo. Es difícil ver resultados de lo que siembras, yo recojo lo que hicieron otros. Las consecuencias de cualquier decisión o equivocación marca a generaciones. De ahí que por encima de las diferencias, de las críticas, hay que hacer un esfuerzo. Deberíamos encerrarnos en una habitación -el ministro, la consejera de Andalucía, el PP y el PSOE- y no salir hasta que no tuviéramos un acuerdo en materia educativa.