El Plan Reindus se pone serio

Las reglas del juego del Plan de Reindustrialización de la Bahía, conocido como Plan Reindus, han cambiado. La estafa cometida en 2011 por el empresario gallego Dávila Ouviña destapó, por un lado, la falta de control en la concesión de ayudas públicas y, por otro, la cantidad de dinero que se adjudicó de manera alegre. Ouviña se embolsó algo más de quince millones de euros gracias a tres proyectos que presentó en la provincia de Cádiz y que nunca sacó adelante. Sin embargo, el Ministerio, entonces en manos del PSOE, adelantó las ayudas, y la Diputación de Cádiz, también bajo mando socialista, dio el visto bueno a las iniciativas de Ouviña. Un despropósito que ha traído graves consecuencias para la imagen de Industria. El PP ha puesto orden al desorden y control al descontrol. El director general de Industria y Pymes, Manuel Valle, ha presentado las ayudas públicas que recibirá la provincia en 2012 con cargo al Plan Reindus. Solo 69 empresas de las 231 que han presentado proyectos han pasado el filtro. Se repartirán un montante de casi 65 millones de euros, pero en esta ocasión la Administración central ha puesto más celo a la hora de asignar el dinero. Ha cambiado los criterios de evaluación de los proyectos y ahora realiza un examen pormenorizado de la situación financiera de la empresa en cuestión y de su trayectoria. Tiene que estar garantizado que el crédito lo va a devolver. No obstante, Industria se teme lo peor con las ayudas concedidas en tiempos del PSOE, ya que muchas de las empresas beneficiadas han desaparecido.