El Obispado descarta mediar en el conflicto entre Gerón y la plantilla de San Juan de Dios

Los trabajadores de la residencia de ancianos de San Juan de Dios tendrán que apoyarse en sus compañeros en su lucha por el pago de los salarios atrasados y por el fin del acoso laboral que denuncian por parte de la Fundación Gerón. Ayer mismo, la plantilla del centro Conil Solidario (también dependiente de la Fundación) anunció su adhesión a la causa de los empleados del geriátrico gaditano en sus protestas. Mientras, el Obispado, propietario de la residencia, optó por la medida contraria: no mediará en el conflicto al considerarlo una cuestión laboral.

La situación de más de 30 empleados del geriátrico ya la avanzó ayer este periódico, al verse «acosados», por medio de la imposición de constantes sanciones disciplinarias. De hecho, en el último mes han sido diez las interpuestas por la dirección (cinco en la última semana). Un «acoso», a juicio de la Eva Díaz, responsable del sector sociosanitario de Comisiones Obreras, que sufren los antiguos trabajadores del Hospital de la Misericordia, antiguos empleados del Obispado asumidos por la Fundación Gerón. A esto se suma el impago de dos nóminas (incluida la extra) a la plantilla de cuarenta trabajadores de dicho centro.

Los empleados de Conil Solidario decidieron ayer en el transcurso de una asamblea sumarse a la causa de los gaditanos, ya que en su caso Gerón también les adeuda nómina y media. De esta forma se manifestarán conjuntamente en los paros indefinidos durante las mañanas de los martes y los jueves. Esto será una vez que el Sercla desarrolle su labor de mediación entre Gerón y trabajadores para conseguir acabar con el conflicto. Para Comisiones Obreras el impago de los salarios «no es más que una medida de presión hacia la Junta de Andalucía (debido a sus retrasos en el pago de los conciertos) ya que la realidad de otros centros es que están al día de pagos».

Por su parte, la Fundación Gerón dijo ayer «respetar la decisión de los trabajadores», pero prefirió no pronunciarse al respecto. En términos similares se refirió el vicario general de la Diócesis, Guillermo Domínguez Leonsegui. Pese a que los empleados de San Juan de Dios han pedido su mediación, tanto verbalmente como por escrito, Leonsegui aclaró que no tenía «nada que decir al considerar que «es una cuestión laboral» en la que no puede entrar.