Un soldado rebelde sirio llora la muerte de un compañero. :: GORAN TOMASEVIC / REUTERS
MUNDO

Secuestran en Siria a medio centenar de peregrinos iraníes

La lucha por Alepo, la capital económica, está resultando más difícil de lo esperado y se sigue sin producir la anunciada ofensiva

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un autobús con 48 peregrinos de Irán fue secuestrado por un grupo de desconocidos cuando se dirigía ayer por la mañana al aeropuerto internacional de Damasco. La fe puede con el miedo, así lo demostraron muchos iraníes durante los años más sangrientos de la posguerra en Irak y siguen dando muestra de ello en los 17 meses de revueltas en Siria. Son conscientes del riesgo, pero lo desafían para visitar la tumba de Saida Zeinab, nieta del profeta Mahoma y cuyo santuario -uno de los lugares sagrados del chiísmo, secta mayoritaria en la república islámica y a la que pertenece también la familia El-Asad- está a las afueras de la capital.

Ningún grupo ha reivindicado la acción, pero los iraníes son un blanco de los colectivos opositores que acusan a Teherán de ser uno de los apoyos fundamentales para el régimen de Bashar el-Asad. Desde diciembre pasado, 29 ciudadanos de esta nacionalidad han sido secuestrados por organizaciones armadas opositoras sirias, a las que las autoridades califican de «grupos terroristas», y ahora hay que sumarles otros 48 cuyo secuestro fue confirmado tanto por Damasco como por los medios oficiales persas.

Además de la nacionalidad, el factor confesional es otro de los motivos que llevan a grupos radicales suníes a atacar a los peregrinos que viajan desde la república islámica.

Las fuerzas de El-Asad combaten por el control de las principales ciudades del país y mantienen sus ofensivas de los últimos días contra los barrios en poder de la oposición tanto en Damasco como, sobre todo, en Alepo. La lucha por la segunda ciudad del país está resultando más difícil de lo esperado por el régimen y el Ejército Sirio Libre (ESL) asegura que controla «más de la mitad» de la considerada hasta ahora como la capital económica del país.

La ONU advierte de la cada vez mayor concentración de fuerzas del régimen en la periferia de Alepo, pero de momento sigue sin producirse la anunciada ofensiva a gran escala y la lucha se desarrolla en focos muy concretos con apoyo aéreo de helicópteros y cazas. Los opositores tienen esta ciudad señalada en sus mapas desde el inicio de la revuelta como el lugar ideal para crear una especie de Bengasi siria, es decir, una zona «liberada» desde la que poder dirigir sus operaciones, un «refugio seguro», según el Pentágono, desde el que organizar mejor la lucha contra El-Asad.

La dificultad para estabilizar la situación en Alepo y golpes como el secuestro de los 48 iraníes en plena capital son muestras de los problemas por los que atraviesa el régimen para mantener el control de la situación. Desde que a mediados de julio la cúpula de seguridad del presidente sirio fue asesinada en un mismo atentado reivindicado por el ESL, las cosas se han ido deteriorando y Bashar el-Asad se ha convertido en una figura ausente de la vida pública.

Apenas tres apariciones en imágenes retransmitidas por los canales oficiales y un comunicado para arengar a sus tropas es el balance de El-Asad en los días más cruciales para la supervivencia de su régimen, que ha perdido también a uno de los presentadores más carismáticos de la televisión oficial. El grupo armado Al-Nusra secuestró a Mohammed al-Saeed a mediados de julio y ayer anunció su ejecución.