Editorial

Velocidad en carretera

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El ministro del Interior ha reflexionado en voz alta sobre algunos cambios en la velocidad permitida de nuestras vías. En concreto, se plantea reducirla en las carreteras secundarias de 100 a 90 km/h y en cambio incrementar la de las autopistas y autovías a 130 km/h. También se podría reducir la velocidad urbana de 50 a 30 km/h en determinados puntos negros, sin descartar la implantación de un sistema variable para las vías de alta velocidad en que el tope máximo cambiaría según sus condiciones (intensidad de tráfico, meteorología, etc.), como ya se ha hecho en varios países. En el supuesto de que parezca conveniente plantear inversiones en menesteres no urgentes sobre una red vial que hoy por hoy no está siendo debidamente conservada por falta de recursos, podrían tener sentido las correcciones de la velocidad máxima. No parece en cambio que sea éste el momento oportuno para efectuar grandes gastos en el desarrollo tecnológico de sistemas que regulen la velocidad variable. En cualquier caso, la obsesión de Interior en esta materia ha de versar monográficamente en la reducción de la siniestralidad.