Editorial

El desafío de Rajoy

El Gobierno debe luchar en la UE por un rescate a la banca que no grave la deuda

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, a su llegada a la reunión del G-20 en México, se manifestó partidario de desvincular el riesgo bancario del riesgo soberano en el caso del rescate español. A su juicio, la línea de crédito que el Eurogrupo pone a disposición del sistema financiero español para su recapitalización y restructuración podría ir directamente a los bancos necesitados sin pasar por el FROB, esto es, por el Estado. De este modo, no computaría como deuda ni como déficit, ni perjudicaría por tanto la solvencia española en los mercados, ya muy comprometida por la elevada deuda tanto pública como privada. Lógicamente, Rajoy, que vio en la reunión un clima favorable -Obama y Hollande han reiterado en México su apoyo a políticas de crecimiento-, ha defendido también esta tesis, que nos favorecería extraordinariamente. Pero no ha encontrado la necesaria receptividad y no ha llegado a figurar en el comunicado final del G-20 por la oposición frontal de varios miembros de la zona euro liderados por Alemania. Tampoco ha contado con el visto bueno del Eurogrupo, que contestó al presidente español que, de acuerdo con las reglas vigentes, «no es posible» recapitalizar la banca directamente para evitar que tal ayuda «contamine a la deuda pública». A cambio se ofrece considerar la posibilidad de alargar al máximo los plazos de devolución de la ayuda y un bajo interés. El desaire del Eurogrupo, con Merkel al frente, a Bruselas se explica por las distintas velocidades de las tareas europeas. La Comisión trabaja desde hace tiempo para lograr la unión bancaria y fiscal de la Eurozona, de forma que el BCE sea el regulador europeo y se cree un fondo de garantía de depósitos, así como los eurobonos. Tales medidas, que supondrían una reformulación federalizante de la Europa de Maastricht, requieren una profunda reforma de los Tratados. Alemania, que en abstracto es partidaria de tales avances, no está dispuesta a comprometer su posición anticipando los acontecimientos. El viernes, Rajoy asistirá en Roma a una cumbre informal sobre crecimiento, con Merkel, Hollande y Monti. Será una magnífica ocasión para que, en vísperas del Consejo Europeo de fin de mes, trate de arrancar flexibilidad a la canciller y a lo que Alemania significa en la vacilante aventura europea.