Del pasado. El Oratorio acogió un acto similar al celebrado el pasado 19 de marzo con la presencia del Rey, pero en este caso protagonizado por gaditanos.
CÁDIZ

CÁDIZ SE MIRA EN EL ESPEJO DE SU HISTORIA

Instituciones y organizaciones de la ciudad homenajean a la Constitución 1812 en el Bicentenario de su juramento ciudadano

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U n esplendoroso mes de junio acaba de arrancar, indolente a la calamitosa situación española. El sol brilla y no atiende a razones mundanas. Entre la muchedumbre, destaca una dama mayor ataviada de mantilla, la ocasión lo merece. Cádiz está de fiesta y ella no piensa perdérselo. Sigue atenta a lo que ocurre ante sus ojos en un templo engalanado para misa. «¿Juráis por Dios Nuestro Señor y por los Santos Evangelios guardar y hacer guardar la Constitución política de la Monarquía española, sancionada por las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación y ser fiel al Rey?», pregunta el cura desde el púlpito. El pueblo congregado en el templo, no lo duda: «Sí, lo juramos». «Si así lo hiciereis, Dios os lo premie, y si no, os lo demande», devuelve el sacerdote la respuesta. Corre el 7 de junio de 1812 y la escena que contempla esta señora gaditana se repite en todas las iglesias de la ciudad. El pueblo de Cádiz ha jurado su Constitución, un homenaje a su primera Carta Magna algo más de dos meses y medio después de su promulgación. El pasado revive, la historia no resulta tan lejana en un flamante Oratorio de San Felipe. Los ciudadanos también tienen algo que celebrar, pese a la incierta situación actual. El sol de verano brilla en el exterior, en el interior todo está dispuesto y engalanado. Una señora de mantilla, Araceli Hernández, contempla con orgullo la escena que va a comenzar. El cuarteto de cuerda interpreta el 'Ave Verbum Corpus', de Mozart, pero Cádiz ya no es capital de España, los diputados ya se fueron, los franceses ya no bombardean la ciudad, La Pepa ya está escrita. Pero la estela es intensa y la huella, honda. Tan trascendental para que un 9 de junio de 2012, Cádiz no dude en celebrar un acto con tantos paralelismos a ese 7 de junio de 1812 que dos siglos se antojan breves.

Una exhalación para resucitar ideales entorno a la construcción de una Nación que ayer se recordó de una forma sencilla, solemne y sentida. Cádiz a su Constitución, a su Pepa, en un acto por y para Cádiz que congregó a una representación de la ciudad que el pasado 19 de marzo no pudo estar en el homenaje que España, con el Rey a la cabeza. rindió en ese mismo espacio. Representantes de instituciones políticas, de asociaciones, empresarios, comerciantes, periodistas, sindicalistas, de las fuerzas y seguridad del Estado, de la cultura gaditana; todos bajo la impresionante cúpula elíptica del ya consagrado como templo del constitucionalismo español.

Enrique García-Agulló, coordinador de Cádiz 2012, fue el encargado de conducir un acto que fue presentado por la propia alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que resumió en una frase el 'leimotiv' que reunió a una representación de la sociedad gaditana: «Los ciudadanos han querido reunirse para rendir homenaje a la Constitución». Por ello, antes de comenzar con ese recuerdo a los diputados doceañistas, la cúpula del Oratorio congregó todas las miradas de un auditorio que no completó el aforo. El mismo audivisual que pudo contemplar el Rey el 19 de marzo, se volvió a proyectar sobre las cubiertas y galerías superiores.

Fue el arranque de un homenaje que consistió en la lectura de los artículos más relevantes de la Carta Magna de 1812. El Rey de Armas, escoltado por gaditanos vestidos de la tropa de principios XIX, fue el encargado leer el célebre: «La Nación Española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios». Le siguió la alcaldesa, Felicidad Rodríguez (como diputada del Congreso), Juan Tovar (como presidente de Cádiz Centro), el escritor Jesús Maeso, Manuel Estrella (presidente de la Audiencia Nacional), jóvenes representantes del Congreso Escolares del Bicentenario, Guillermo Domínguez Leonsegui (vicario de la Diócesis), Juan Carretero (comisario provincial de Cádiz), Manuel Campoy (secretario de Empleo de Comisiones Obreras), Marta Meléndez (portavoz socialista en el Ayuntamiento) o José Loaiza (presidente de la Diputación). Esos fueron algunos de los lectores de un total de 25 artículos y 38 representantes de la sociedad gaditana.

Un acto entrañable

Su protagonismo ciudadano fue seguido de las sentidas palabras de la alcaldesa que incluso llegó a emocionares durante sus palabras de recuerdo a diputados con paralelismos a la situación actual. Con su intervención culminaba un acto «muy emotivo y emocionante», como reconoció la viceministra de Cultura de la República Dominanca, Bernarda Jorge, presente en Cádiz por la semana de su país en la ciudad. La dominicana se deshizo en halagos para gesto de la ciudadanía que calificó como «ejemplar». «Es muy bonito que la gente se haya reunido con una razón tan trascendental», reconoció.

A pesar de que la convocatoria no logró completar el aforo de las 700 personas convocadas, la propia regidora calificó el homenaje como «sobrio, bonito y entrañable». El teniente de alcaldesa y senador. José Blñas, (en esta segunda categoría fue también lector), dio un paso más allá: «Esperemos que salga algo de aquí; que el acto sirva como un antes y un después para que se mantenga en los próximos años este homenaje de la ciudad».

Una cita que congregó desde Antonio Tocón, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, al diseñador Antonio Ardón o el célebre restaurador y empresario de El Faro, Gonzalo Córdoba, que no dudó en calificar el acto como «bonito y solemne». A la salida, junto a él, Araceli Hernández, primera concejala del Ayuntamiento por Alianza Popular, lucía su mantilla «porque la ocasión lo merecía». Tanto como para recordar una idea de la que nunca está de más enorgullecerse: «Lo que pasó en Cádiz fue muy importante. La palabra libertad se escuchó por primera vez en esta ciudad». Como para no rendir honores.