Unas personas realizan piragüismo por uno de los caños que tiene el Parque Natural en San Fernando. :: C. C.
SAN FERNANDO

El despertar del Parque Natural

Surgen nuevas inversiones, el Ayuntamiento demanda que se flexibilice el plan de usos del entorno y la Junta de Andalucía lo vende a posibles empresarios. Aunque se consideraba un freno para el desarrollo de la ciudad, ahora se intenta recuperar

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Tras impulsar la recuperación de suelos de la Fábrica de San Carlos y los Polvorines de Fadricas, en la agenda del Ayuntamiento existe otro reto: encabezar la reforma del plan de uso del Parque Natural. Es el siguiente objetivo y de nuevo surgen muchas complicaciones para llevarlo a cabo. Desde el Consistorio se considera que las restricciones, que surgen para la explotación del entorno, encorsetan las posibilidades de desarrollo de San Fernando. Consciente de la necesidad de conservar el espacio natural, el equipo de Gobierno local expone que también es hora de abrir la mano a los empresarios, para que puedan llevar a cabo aquellos proyectos que no se conviertan en un foco de degradación del Medio Ambiente.

Inversores existen. Aunque no se ha querido apuntar cuáles son las iniciativas que se encuentran actualmente en la mesa del primer edil, José Loaiza, sí se asegura por parte de los responsables municipales, que existen personas con planes muy atractivos para ciertas zonas de la ciudad. Lo cierto es que desde hace años se han perdido oportunidades como los 25 millones de euros que una empresa estaba dispuesta a poner para crear un hotel con restaurantes en la Leocadia, junto a la playa de Camposoto. Además contemplaba la recuperación de la zona de forma que fuera uno de los principales atractivos más allá de la cercanía al litoral. Mismo lugar en el que otro empresario pretendía instalar una especie de camping basado en bungalows.

Cambio de mentalidad

De siempre los isleños han visto el Parque Natural como un freno del desarrollo económico, motivo por el que apenas ha habido una explotación sostenible del parque. Sin embargo, en los últimos meses han surgido propuestas que precisamente buscan integrar el cuidado y el fomento de buenas prácticas con el negocio dentro de este entorno.

Un ejemplo lo expone la nueva empresa encargada de gestionar el centro de visitantes del propio parque, que plantea la creación de un quiosco-bar y la búsqueda de nuevas rutas. Algo que ya realiza la empresa Compuertas que da a conocer el valor de las algas con un itinerario en el que se recoge hasta su preparación y degustación. Los nuevos clubes náuticos que se han abierto en los últimos años con actividades para aprovechar los caños.

A ello hay que sumar la recuperación patrimonial que se encuentra dentro del parque, si bien se ha quedado a medias ante los problemas de financiación. Sin olvidar una actividad tan isleña como el de las salinas, con San Vicente como gran motor de impulso del cambio que pretende dar este negocio tradicional.

Incluso la Junta ha comenzado a vender el parque a empresarios para que inviertan en el lugar y se convierta en una zona de ocio que además dé rentabilidad, tanto en puestos de trabajo como en dinero. Un cambio de mentalidad que aún no se ha implantado en los isleños que siguen viendo el espacio natural como un problema para el desarrollo de la ciudad. Algo que con estas iniciativas cambiará.