Tribuna

Cobazo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Resulta increíble, pero a menos que nos espabilemos, a los gaditanos se nos van nuestras Olimpiadas y ni nos enteramos. Nuestras Olimpiadas o nuestra Expo, nuestra última gran ocasión para despegar, igual que la tuvieron hace veinte años Barcelona o Sevilla. La única que muchos veremos pasar por delante de nuestras narices. La Cumbre de Cádiz, igual que Bankia, está siendo nacionalizada. Cada vez que el Gobierno actualiza la agenda de actos, reuniones y encuentros ministeriales a celebrar este año dentro del marco de la Cumbre resulta que más ciudades se apuntan a la fiesta. Y no es cuestión de ser egoístas a la hora de compartir el pastel, lo que pasa es que Cádiz lleva muchos años pasando hambre como para ahora quedarse con el estómago medio vacío. Los responsables de la organización de la cita iberoamericana explicaban hace algunas semanas, cuando se daba el primer avance de la agenda, que la mayoría de las reuniones se iban a celebrar en Madrid por cuestiones de logística. Hasta ahí, vale. Por comunicaciones, por oferta hotelera, por cuestiones burocráticas, es comprensible que, en un momento en el que hay que optimizar hasta el último euro, aprovechar las infraestructuras ya existentes y ahorrar lo que se pueda en desplazamientos, se opte por la solución más cómoda. El mosqueo llega cuando se van incluyendo reuniones en la agenda y de repente eligen Salamanca para la reunión de ministros de Educación, Vitoria para la de ministros de Interior, Valencia para la de los ministros de Industria y Huelva para la de los ministros de Empleo y Seguridad Social. Que quieren que les diga, a mí me parece que nos están dando coba. ¿Qué no compensa económicamente traer esas reuniones a Cádiz? ¿Y la de Huelva que la paga la ministra Báñez de su bolsillo? No hay que ser hipócritas, también la exministra Bibiana Aído barrió para casa y se trajo a Cádiz la reunión de ministros de Igualdad durante la presidencia de turno española de la Unión Europea, pero no es lo mismo. Aquel pastel era de todos los españoles y a Cádiz le tocó una porción en el reparto. Esta vez la Cumbre es de Cádiz, igual que la de Asunción no fue de Paraguay ni la de Mar del Plata la Cumbre de Argentina. Compartimos, claro, es lógico y justo, pero que no nos quiten lo nuestro de la boca. Lo de noviembre está bien, pero qué pasa con lo de mayo, y lo de junio, y lo de julio, y lo de agosto...