Verdaderamente embusteros

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el primero en admitir ante un micrófono indiscreto, cuando conversaba con el colega de Finlandia: «La reforma laboral me va costar una huelga general». El otro día, en la misma ciudad, fue el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien hizo lo mismo mientras hablaba con el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn: «Mañana aprobamos la Reforma del Mercado Laboral y va ser extremadamente agresiva, con mucha flexibilidad en la Negociación Colectiva y reduciendo las indemnizaciones por despido». Al comisario Olli pareció haberle cogido por sorpresa por la cara que puso, A mi parecer no era el sitio indicado para tal comentario. Esta estrategia de los micrófonos indiscretos de momento están dando resultado pero la gente no es tonta y ya empieza a mosquearse de tanta coincidencia en los lugares y momentos claves, van a tener que buscarse otras estrategias pues se está poniendo al descubierto su propia hipocresía. Ahora han puesto de moda un nuevo sistema: Las contrariedades. Se trata de que cada personaje político dé una versión distinta del tema. Por ejemplo, Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, dice que la Reforma Laboral no creará puestos de trabajo pero que es necesaria; Por su parte, De Guindos dice que si puede creará puestos de trabajo aunque posiblemente a medio plazo; Cospedal, más optimista y posiblemente más ignorante en el tema, dice que sí, que creará mas de 300.000 puestos de trabajo. Como se ve, el sí, el no y el tal vez, ocupa todas las opiniones, no deja espacio para el debate, no hay espacio ni para el relativismo.