EL CANDELABRO

PINCHAZO

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Pero Pirelli no era una marca de neumáticos? Pues parece más bien de botas de vino. Lo digo porque su nuevo calendario es un auténtico homenaje al pellejo. Está lleno de mujeres desnudas, sí, pero neumática, lo que se dice neumática, ni una. Al contrario, la mayoría de puro angulosas pinchan. Y ya sabemos que el pinchazo es el peor enemigo de la rueda. El autor del almanaque en esta ocasión es Mario Sorrenti. Viendo el resultado me dan ganas de cantarle: «Torna a Sorrento, Sorrenti... Y no vuelvas». Aunque hay que admitir que como artista ha logrado ciertos prodigios. Entre ellos, que podamos estudiar al detalle las costillas de Kate Moss sin necesidad de rayos equis. ¿Lo suyo es la fotografía o la radiografía? Que lo aclare, porque semejante imagen flaco (y nunca mejor dicho) favor le está haciendo a la lucha internacional contra la anorexia. Y si solo fuera Moss... Pero no. Las demás, tres cuartos de lo mismo. La rusa Natasha Poly, tan longilínea y flexible, parece querer emular a la circense mujer espagueti, o a la eterna adolescente, pues aunque ella ya ha cumplido 26, su cuerpo parece seguir en sus trece (años). Por no hablar de la lánguida Edita Vilkeviciute, quien semidesmayada sobre unos pedruscos cual si acabara de sufrir una lipotimia, me ha hecho recordar el famoso chiste del crucifijo. Si todo esto es obra del Photoshop que le pongan ya coto legal a tan malsana engañifa. Porque sí, en el mundo hay mujeres delgadas. Pero es que aquí lo están demasiado. Y todas. Antes los almanaques para camioneros, origen del calendario Pirelli, estaban poblados de macizas redondas y, tal vez por deformación profesional, llenas de curvas. Pero ahora no sé si los publicistas se creen que, con tanta autopista, los del gremio del transporte son más proclives a la línea recta o que circulan en masa por la otra acera... El caso es que de aquel grasiento machismo se ha pasado al extremo opuesto: una androginia que da grima, un calendario que no ensalza el eterno femenino, sino el esqueleto femenino.